Orlando Guevara Núñez
A esta reflexión, agregó José Martí: “No nos ofusquemos con nombres de independencia, u otros nombres meramente políticos. Nada son los partidos políticos si no representan condiciones sociales. Estas reflexiones están contenidas en un artículo publicado el 31 de marzo de 1894, en el periódico Patria, titulado Los cubanos de Jamaica y los revolucionarios de Haití.
Comienza nuestro Héroe Nacional desenmascarando la campaña española de azuzar el miedo a la revolución, bajo el pretexto de que se derivaría de ella una guerra de razas. Y afirma que la primera guerra demostró esa falsedad, cuando juntos pelearon y murieron personas blancas y negras, unidas en un mismo ideal libertario.Los enemigos de la revolución predicaban que en Cuba ella significaría un predominio violento de la raza negra. Y pretendían atemorizar a los blancos con esa farsa.
Se refiere a los únicos interesados en fomentar una división entre personas, que en Cuba han luchado juntas por su verdadera libertad.
Y dice que quien ama a la libertad, previsora y enérgica, ama a la revolución. Y sentencia que la justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho, eso es la revolución.
Desmiente Martí un supuesto trato secreto de los revolucionarios cubanos con los haitianos y señala las diferencias entre ambos; los primeros, esclavos llegados de África, contra los colonos franceses; los segundos, una nivelación de cultura de mestizos, de negros y blancos, que han peleado largamente por su libertad.
Cuando las obras defienden, no hay por qué defenderse, dice.
Y agrega que los honrados se juntan, y los bribones los lapidan. De un lado están los que tienden las manos incansables a la humanidad: de otro, aquellos demonios de Santa Teresa, “los que no saben amar”. Otra vez, la verdad martiana destruyendo intrigas.
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