La generosidad congrega a los hombres, y la aspereza los aparta

Orlando Guevara Núñez

Reconoce el valor del elogio cuando oportuno es y fomenta el mérito, al tiempo que su ausencia desanima. Explica que la alabanza justa regocija al hombre bueno y  molesta  al envidioso, mientras que la injusta daña a quien la recibe y daña más a quien la hace. Y agrega que quienes quieren toda la alabanza para sí, se enojan al verla repartida.

Refiere que el vicio tiene tantos cómplices en el mundo, que se hace necesario tenga  muchos cómplices la virtud. Considera dañina la falsa modestia y  dice   que quienes tienen la modestia en los labios tienen  la soberbia en el corazón. Califica de loable la censura de la alabanza interesada.

Pero sostiene que “Cuando consuela a los tristes, cuando proclama el mérito desconocido, cuando levanta el ejemplo ante los flojos y descorazonados, cuando sujeta a los hombres  en la vida de la virtud, loable es la alabanza”.