domingo, 30 de abril de 2017

La juventud cubana, perdida ¿Para quién?





. Orlando Guevara Núñez

La juventud cubana es revolucionaria y defiende su Revolución. Esta es una verdad que duele a nuestros enemigos, quienes han cifrado sus esperanzas en que cuando desaparezcan físicamente los dirigentes históricos en este país, desaparecerá nuestro proceso socialista.
A esta altura unos 70 de cada 100 cubanos no habían nacido cuando triunfó la Revolución. Pero ellos han sabido, saben y sabrán defender la obra construida por las generaciones precedentes.
La desaparición física de su líder histórico, el Comandante en jefe Fidel Castro, lejos de menguar sus sentimientos revolucionarios, los ha acentuado, pues se sienten más comprometidos a  asumir los destinos del país con el legado de dignidad, solidaridad, internacionalismo, patriotismo y antiimperialismo de su eterno  jefe y guía.
A los perros imperiales y mercenarios no les quedará otro remedio que seguir ladrándole a la Luna, revolcados en su propio lodo y cegados por la luz cada vez más brillante de la Revolución cubana.
Nuestra juventud, alegre y profunda como la quiso el Che, desfilará este primero de mayo, en todo el país, encabezando a un pueblo heroico dispuesto a los mayores sacrificios  para  preservar y engrandecer la obra conquistada.
Con las banderas de la unidad y la conciencia de que esta Revolución es suya, veremos a nuestra juventud obrera, campesina, estudiantil, martiana y fidelista, en imponentes desfiles. Aunque los enemigos deseen otra cosa y los grandes medios de prensa capitalistas lo oculten, esa será la realidad de este día de fiesta, Día Internacional de los Trabajadores.
Así, a la reaccionaria afirmación de que la juventud cubana está perdida, vale la interrogante: ¿perdida para quién? Y  la contundente respuesta: perdida para los enemigos de la Revolución.

sábado, 29 de abril de 2017

La metamorfosis de Donald Trump




.Orlando Guevara Núñez

Cuentan las malas lenguas - y también algunas buenas- que el presidente norteamericano Donald Trump ha sido algo así como una especie de camaleón, con la capacidad de cambiar de color en correspondencia con la situación que lo rodea.
Datos publicados atestiguan que militó en el Partido Demócrata hasta 1987, cuando pasó al Republicano hasta 1999, fecha en que se alistó en el llamado Partido de la Reforma, abandonado en el 2001, para volver al Demócrata hasta el 2009, del cual se escabulló para regresar al Republicano.
Siendo así, cabe pensar que ha estado, sencillamente, donde más resguardados ha visto sus intereses. Su tránsito de empresario a político, está en correspondencia con esa “virtud” del mandatario imperial.
Su actuación como presidente no difiere de su inestabilidad como persona. Se dice y se contradice. Es evidente que el pueblo de los Estados Unidos eligió – como fruto de su “sistema democrático” a una persona que identifica a su nación como una empresa a su servicio. Y lo peor: se cree también que el mundo es una empresa suya.
Hace poco Donald Trump dijo que en sus primeros tres meses de gobierno había hecho más que todos sus antecesores. Creo que en esto no se equivocó.
Es difícil encontrar otro que en tan poco tiempo haya hecho o dicho… tantos disparates.
En tan poco tiempo ha sido el mandatario norteamericano que ha descendido al nivel de récord su aceptación en la población. El que más veces ha dicho hoy lo contrario de lo que dijo ayer. Y el que en menor tiempo ha hecho cosas contrarias a las prometidas en su campaña electoral.
Por citar un ejemplo, prometió la paz, no intervenir en conflictos de otros países y dedicar sus esfuerzos al desarrollo interno, en beneficio de los norteamericanos. Y en menos de cien días, incrementó en más de cincuenta mil millones el presupuesto militar, atacó a Siria, probó la “bomba madre” en Afganistán, provocó la crisis en la península coreana, ha apoyado a la contrarrevolución en Venezuela y ha puesto al mundo al borde de un holocausto nuclear.
Su política anti inmigrantes, el polémico tema sobre el muro de México y la revocación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México) le han provocado rechazos que, sin dudas, le han mostrado la realidad de un dicho popular cubano de que una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero.
En sus primeros tres meses de gobierno, Donald Trump ha logrado algunas cosas sin precedentes en otros mandatarios de ese país. Por ejemplo: desde 1945 que comenzó este tipo de encuestas, ha sido el presidente con menos aceptación popular, contando con igual desaprobación el equipo por él designado para las funciones de gobierno.
La expectativa estadounidense de crear en el primer trimestre  180 000 puestos de trabajo, quedó por debajo de los 100 000. Eso sí, la rebaja de impuestos sobre las ganancias a las corporaciones, desciende entre un 15 y un 35 por ciento.
En tan poco tiempo, nunca un presidente norteamericano había enfrentado tantas desaprobaciones internas a su política. De todas formas, es el  presidente electo en Estados Unidos. Sus  pretensiones están siendo condicionadas, como para hacerle saber a él – y a los demás- que el poder en ese país está en manos de poderosos intereses muy por encima de cualquier presidente. Así, él seguirá diciendo, haciendo locuras, unas anunciadas, otras improvisadas, no pocas transformadas,  hasta que sus propios compinches se lo permitan. O hasta que el resto del mundo se lo permita.

jueves, 27 de abril de 2017

La democracia que tenemos, queremos y defendemos los cubanos



.Orlando Guevara Núñez


La palabra democracia está de moda en el mundo. En su nombre los países capitalistas, sobre todo los  poderosos, se auto titulan  modelos a seguir por los demás. Es la democracia que garantiza el dominio de los ricos sobre los pobres, de los explotadores sobre los explotados.
Predomina hoy en la mayoría de esos países, un tipo de democracia creadora en las masas de la ilusión de que por asistir a las urnas y elegir a los gobernantes, ya gozan de un sistema democrático. Cuando pasan las elecciones, vienen los desengaños y el amargo sabor de las promesas incumplidas, junto a la realidad de que las grandes masas siguen e iguales o peores condiciones, mientras los elegidos son cada vez más ricos.
En no pocas ocasiones, la democracia capitalista ofrece a las masas la posibilidad de escoger entre candidatos conocidos como corruptos, demagogos, malversadores y ladrones. Esas masas preteridas desempeñan el triste papel de legalizar en el poder a quienes se encargarán luego de explotarlas más. En otras palabras, esa democracia les da el derecho a elegir a sus propios verdugos.
Los cubanos tenemos otro tipo de democracia. La que nos enseñó el Comandante en Jefe Fidel Castro desde los días iniciales de la Revolución. Hace ahora 57 años, el 1ro. de mayo de 1960, señaló en acto público de los trabajadores  su criterio sobre la democracia que existía en Cuba antes de 1959, y su concepto sobre  verdadera  democracia.
“Te inventaron una democracia, una rara y extraña democracia en que tú, que eres la mayoría, no contabas para nada; en que tú, campesino y obrero, que eres el que produce la mayor parte de las riquezas, y que conjuntamente con los trabajadores intelectuales, produces el total de la riqueza; tú que lo producías todo ni siquiera tenías oportunidad de aprender muchas veces a firmar tu nombre “.
“Te inventaron una democracia extraña, una rara democracia en que tú, que eras la mayoría, ni siquiera existías políticamente dentro de la sociedad.  Te hablaban de derechos del ciudadano, y ese derecho consistía en que tu hijo se pudiera morir de hambre ante la mirada indolente del gobierno; en que tu hijo se quedara sin aprender una sola letra, en que tú mismo tuvieses que ir a vender tu trabajo al precio que te quisieran pagar por él, si alguien se interesaba por comprártelo”.
“Te hablaban de derechos que nunca existieron para ti.  Tus hijos no tenían asegurado ni el derecho a una escuela; tus hijos no tenían asegurado ni el derecho a un médico; tus hijos no tenían asegurado ni el derecho a un pedazo de pan; y tú mismo no tenías asegurado ni el derecho al trabajo”.
Te inventaron una democracia que consistía en que tú, que eres la mayoría, no contaras para nada.  Y así, a pesar de tu tremenda fuerza, a pesar de tus sacrificios, a pesar de lo que tú trabajabas para los demás dentro de esa vida nacional, tú, a pesar de ser la mayoría, ni gobernabas ni contabas para nada”
¡Y a eso llamaban democracia!  Democracia es aquella en que las mayorías gobiernan. Democracia es aquella en que la mayoría cuenta; democracia es aquella en que los intereses de la mayoría se defienden; democracia es aquella que garantiza al hombre, no ya el derecho a pensar libremente, sino el derecho a saber pensar, el derecho a saber escribir lo que se piensa, el derecho a saber leer lo que se piensa o piensen otros; el derecho al pan, el derecho al trabajo, el derecho a la cultura, y el derecho a contar dentro de la sociedad.  ¡Democracia, por eso, es esta, esta democracia de la Revolución Cubana!
Durante más de veinte minutos, la gran concentración popular aplaudió aquella reflexión de su máximo líder. Estábamos recibiendo una magistral clase sobre el verdadero contenido de la democracia. Después, una tesos de Fidel con plena vigencia y digna de estudio por quienes pretendan definir  hoy, en cualquier parte del mundo, la palabra democracia.
¡Democracia es esta en que tú, campesino, cuentas y recibes la tierra que hemos recobrado de las manos extranjeras usurarias que la explotaban!    ¡Democracia es esta en que tú, obrero agrícola azucarero, recibes 80 000 caballerías de tierra para que no tengas que vivir en las guardarrayas!   ¡Democracia es esta en que tú, trabajador, tienes asegurado tu derecho al trabajo sin que te puedan echar a la calle a pasar hambre!
 ¡Democracia es esta en que tú, estudiante pobre, tienes la oportunidad de sacar un título universitario, si eres inteligente, aunque no seas rico!   ¡Democracia es esta en que tú, hijo de obrero, o hijo de campesino, o hijo de cualquier familia humilde, tienes una maestra y tienes una escuela donde poder educarte!  ¡Democracia es esta en que tú, anciano, tendrás asegurado tu sustento cuando ya no te puedas valer por tu propio esfuerzo!   ¡Democracia es esta en que tú, cubano negro, tienes derecho al trabajo sin que nadie te lo pueda arrebatar por estúpidos prejuicios!
¡Democracia es esta donde tú, mujer, adquieres la plena igualdad con todos los demás ciudadanos y tienes derecho hasta a empuñar un arma para defender tu patria junto con los hombres!  ¡Democracia es esta, en que un gobierno convierte las fortalezas en escuelas, que le quiere construir una casa a cada familia para que cada familia tenga techo! ¡Democracia es esta, que quiere para cada enfermo el médico que lo atienda!
 ¡Democracia es esta, que no recluta un campesino para hacerlo soldado, corromperlo y convertirlo en enemigo del obrero de su propio hermano campesino, sino que convierte al soldado, no en un defensor de los privilegios, sino en un defensor de los derechos de sus hermanos, los campesinos y los obreros!   ¡Democracia es esta, que no divide al pueblo en sectores humildes, enfrentándolos unos a los otros!  ¡Democracia es esta, en que un gobierno busca la fuerza del pueblo y la une!  ¡Democracia es esta, que hace fuerte al pueblo, porque lo une!  
¡Democracia es esta, que les entrega un fusil a los campesinos, y les entrega un fusil a los obreros, y les entrega un fusil a los estudiantes, y les entrega un fusil a las mujeres, y les entrega un fusil a los negros, y les entrega un fusil a los pobres, y le entrega un fusil a cuanto ciudadano esté dispuesto a defender una causa justa!   ¡Democracia es esta, en que no solo cuentan los derechos de la mayoría, sino que le entrega armas a esa mayoría!  ¡Y eso solo lo puede hacer un gobierno realmente democrático, donde las mayorías gobiernen!
Esa es la democracia, enseñada y aplicada por Fidel,  que tenemos, queremos y defendemos los cubanos. No la democracia representativa del capitalismo, sino la democracia participativa de nuestro socialismo, donde el pueblo es el gobierno y el gobierno es el pueblo.

miércoles, 26 de abril de 2017

Santiago de Cuba: Un 1ro. de Mayo como lo vislumbró el Che



. Orlando Guevara Núñez

El 1ro.de Mayo de 1959, el Comandante del Ejército Rebelde, Ernesto Guevara de la Serna (Che) presidió en Santiago de Cuba el primer desfile de los trabajadores, liberados ya de la tiranía batistiana y en camino hacia su total libertad e independencia, ahora  con las armas del trabajo.
Por vez primera, los obreros desfilaron sin demandas, pues confiaban plenamente en la dirección de la Revolución. Veinte años atrás, en 1939, bajo la dirección de su líder principal, Lázaro Peña, la clase obrera cubana había marchado enarbolando las demandas de reconocimiento a la organización de los trabajadores, el cese de los desalojos campesinos, el establecimiento de leyes para el retiro y la defensa de la industria nacional, junto al combate contra el desempleo y la carestía de la vida.
Ahora, las demandas  en la provincia cedían su lugar a dos consignas. La primera era el apoyo  a la Ley de Reforma Agraria, que sería proclamada el 17 del propio mes, en La Plata, Sierra Maestra, y  aboliría  para siempre el latifundismo en Cuba, entregaría la propiedad de la tierra a más de 100 000 campesinos, comenzando así la transformación de nuestros campos, llenos de miseria, abandono, insalubridad y analfabetismo.
La segunda consigna fue el apoyo total al poder revolucionario, reconocido como legítimo representante de la clase obrera y de todo el pueblo.
Ese 1ro. de Mayo de 1959, ante miles de obreros, campesinos, estudiantes, combatientes del Ejército Rebelde y el pueblo santiaguero, expresaría el Che:
“Lo primero que salta desde mi profunda fe revolucionaria, la primera afirmación que tenemos que decir con todo convencimiento esta tarde es: ¡Qué fuertes somos! ¡Qué fuertes somos!, compañeros, porque hoy, por primera vez en Cuba y quizás en América, el pueblo entero organizado ha desfilado con sus fuerzas armadas, y los fusiles de las fuerzas armadas eran también los fusiles de los estudiantes, los fusiles de los obreros, los fusiles de los campesinos”
Y una afirmación del Comandante guerrillero,  ratificaba su visión de futuro. “Esta es nuestra Revolución, es la Revolución de todos, y este Primero de Mayo será nada más que el inicio de todos los primeros de mayo que se sucederán, en los cuales las fuerzas armadas del Ejército y las fuerzas armadas del pueblo desfilarán codo a codo, como ha sido hoy por primera vez en la historia de la Patria cubana
Justo es recordar  que en ese acto se alzó también la voz de un destacado luchador obrero y comunista santiaguero, Juan Taquechel López, quien expresó palabras que hoy están confirmadas por la historia: “Aquí estamos reunidos con los trabajadores, los campesinos y estudiantes, significando esto que marcharemos unidos en futuras luchas. Hemos marchado por las calles con el Ejército Rebelde y las compañías armadas, en un acto de unidad. La Revolución es un golpe profundo que ha tocado a los grandes intereses y contra esos intereses hay que estar alertas”.
Han pasado 58 años de aquel primer 1ro. de Mayo libre celebrado en Santiago de Cuba. Las predicciones del Che y de Taquechel, son una realidad permanente. Los santiagueros volveremos a marchar unidos, defendiendo la Revolución y seguros de nuestro presente y nuestro porvenir.