viernes, 21 de abril de 2017

¡A la mesa del castigador no puede sentarse con honra, sino sin honra, ningún hermano del castigado! José Martí





.Orlando Guevara Núñez

Cuando en los años 1960 y 1962, el Ministerio de Colonias Yanquis (OEA) primero sancionó y después expulsó a Cuba de esa nauseabunda organización, las oligarquías gobernantes en América Latina se sumaron a la ignominia.
El objetivo declarado era aislar a la Revolución cubana, desacreditarla, debilitarla, hasta destruirla. Se perseguía  despejar el camino hacia una intervención norteamericana en Cuba. La OEA fue punta de lanza en aquellas sucias maniobras que se estrellaron contra la firmeza de un pueblo dispuesto a defenderse a costa de su propia vida.
Hoy aquel capítulo vergonzoso se repite contra el hermano pueblo de Venezuela. El mismo papel de sumisión  de la OEA; las mismas mentiras, el mismo maridaje con la contrarrevolución interna, la misma traición de gobiernos latinoamericanos que por soborno o por miedo al imperio norteamericano  se han sumado a la agresión contra un pueblo hermano.
Pero la historia del fracaso frente a Cuba se repetirá también en Venezuela. Y ya está siendo igual la realidad de  gobiernos  que traicionaron al país agredido, pero sus pueblos no abandonaron nunca, ni aislaron a quienes fueron capaces de sostener sus verdades y resistieron en nombre suyo y de toda la América de Bolívar y de Martí.
No es casualidad que las cunas de esos dos grandes próceres y de sus continuadores, Fidel y Chávez, hayan sido las agredidas por el mismo enemigo: el imperialismo norteamericano.
Para los nuevos cómplices de hoy, sumados a la OEA para tratar de destruir la revolución bolivariana, parecen dichas estas palabras de nuestro Héroe Nacional, José Martí, el 3 de abril de 1892, en su escrito El Partido Revolucionario Cubano:  ¡A la mesa del castigador no puede sentarse con honra, sino sin honra, ningún hermano del castigado!
Y para quienes censuraron a Cuba y hoy censuran a Venezuela por armar a su pueblo para defenderse, parecen también dichas, en igual fecha, estas palabras martianas:
A puerta sorda hay que dar martillazo mayor, y en el mundo hay aún puertas sordas. Cesen los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes”.
Continuidad de ese pensamiento de José Martí, fue la afirmación del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 26 de septiembre de 1960, ante la Asamblea General de la ONU: ¡Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra!
Mala suerte para el imperio y sus cómplices que el pueblo de Venezuela, como el de Cuba, está aplicando, el mismo principio enunciado por Fidel en el mismo evento de las Naciones Unidas:
“(…) Nuestro pueblo que ha aprendido en esta escuela de los últimos acontecimientos internacionales, sabe que a última hora, cuando su derecho ha sido negado, cuando sobre él se enciman las fuerzas agresivas, le queda el recurso supremo y el recurso heroico de resistir, cuando su derecho no sea garantizado ni en la OEA ni en la ONU”.
Cuba venció. Venezuela está venciendo. Los dos seguirán triunfando.

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