domingo, 30 de agosto de 2015

Ahora pretenden que los pueblos se suiciden










.Orlando Guevara Núñez

Lo que el imperialismo norteamericano no ha podido lograr con las armas contra los procesos revolucionarios en América Latina, busca ahora alcanzarlo por otras vías, por muchos llamadas “blandas”, pero que han demostrado estar dispuestas a ser tan duras como las anteriores.
En otras palabras: como no han podido matar a los pueblos, ahora se proponen que los pueblos se suiciden. Quieren  que los pueblos mismos hagan contra sí, lo que siempre otros han hecho contra ellos. En Cuba esa fórmula fracasó hace rato, pero la encontramos a diario en Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil y Bolivia, donde las fuerzas reaccionarias hacen todo lo posible por confundir a los pueblos y que éstos se rebelen contra los gobiernos democráticamente elegidos y que han demostrado representar sus fundamentales intereses.  Es una cruzada continental, que no descartará otros escenarios donde vean amenazados sus privilegios.
Una cosa está demostrando ese enfrentamiento: que los poderosos, los ricos, lo harán todo para no perder sus privilegios. Y cuando no puedan hacerlo en medio de la paz,  lo harán mediante la guerra. Está demostrado que los pobres pueden vivir sin los ricos, pero los ricos no pueden vivir sin los pobres, porque de ellos se alimentan sus riquezas.
Para ellos, no hay elecciones válidas si no les favorecen. No vacilan en utilizar los medios de comunicación masiva para mentir, para calumniar, provocar  e incitar a la desobediencia, el desorden y la subversión.
Son capaces  - está bien demostrado, sobre todo en Venezuela- de llegar hasta el crimen, de defender a los criminales, de apoyarlos, y de, con el mayor cinismo, acusar  de represoras a las fuerzas revolucionarias cuando actúan contra esos desmanes.
Ha sido siempre un método imperial, bien aprendido por los elementos reaccionarios que en cada país representan sus intereses, tomar como estandarte un haz donde se funden el crimen, la mentira, la traición y el odio a las grandes masas.
Esa verdad  la aprendimos bien los cubanos desde los primeros años de la Revolución. Pero ahora la aprenden otros pueblos. Quienes parecen no haber  aprendido las consecuencias, son los enemigos.

sábado, 22 de agosto de 2015

Augusto Revilla Rodríguez, legado de virtudes y de ejemplo



.Orlando Guevara Núñez
La noticia sobre el fallecimiento del periodista Augusto Revilla Rodríguez nos llegó de forma inesperada, pese a conocer su delicado estado de salud. Durante varios años, formó parte del colectivo del periódico Sierra Maestra y marcó su huella en otros medios de comunicación en la provincia. En su  labor periodística se distinguió  por  cualidades  esenciales como  su fidelidad a la Revolución, su entrega al trabajo y su incansable bregar tras la noticia.
Había nacido en 1936 en una zona rural cercana a El Caney, donde vivió como campesino. Aún sin haber estudiado la carrera de periodismo, formó parte de los muchos que, luego del triunfo de la Revolución,  asumieron esa profesión en el periódico Sierra Maestra, recorriendo, por sus propios medios, los lugares más apartados y las zonas urbanas de la otrora provincia de Oriente. En medio de las limitaciones materiales de la época, ninguna dificultad  privó al periódico de los trabajos a él asignados.
A él lo recordamos como ejemplo de abnegación, capaz de los sacrificios a los que llamaba, de la austeridad que pregonaba, y de la vida digna que reconocía como condición esencial de un comunista. En dos períodos, laboró durante 18 años en el periódico provincial. El espíritu de superación profesional lo acompañó siempre.
Desde 1983 a 1985, cumplió misión en la República Popular de Angola, donde fue fotorreportero y jefe de redacción de la Revista Verde Olivo en misión internacionalista. Su hoja de servicios a la Revolución fue urna de méritos. Muchas veces sus manos cambiaron la máquina de escribir por la mocha cañera, la recogida de café u otros quehaceres de la producción y la defensa.
Augusto Revilla estuvo siempre entre ese ejemplo de periodista que buscaba en las fuentes, realizaba y entregaba al periódico lo que él sabía era útil y oportuno, cualidad nacida de su dominio sobre la política informativa y su interpretación sobre los lineamientos orientados por el Partido para esta actividad.
Por su labor y trayectoria revolucionaria, recibió numerosos reconocimientos y condecoraciones. En el año 2011, ganó el Premio Mariano Corona Ferrer por la obra de la vida, el más alto estímulo de la Unión de Periodistas en la provincia. El jurado basó su veredicto en queel laureado atesora varias medallas y distinciones que avalan su desempeño y ha dejado su impronta en varios órganos de prensa santiagueros, especialmente el periódico Sierra Maestra, como sagaz reportero, jefe de Información y de Redacción y en el cumplimiento de misión internacionalista en Angola”. Además, por   su fidelidad indoblegable al periodismo asumido sin esquemas, sin importar tiempo ni edad.
Las páginas del periódico Sierra Maestra recogen en gran parte la obra de Augusto Revilla, incluyendo su sección Décimas para un domingo, donde  cronicó momentos importantes de la Revolución, utilizando sus versos como eficaz arma de combate.
Nuestro colectivo, se une  al pesar de sus familiares y amigos que lo recordarán siempre como profesional, como  revolucionario, como valioso hermano de lucha.


Flores sepultadas en tres agostos


.Orlando Guevara Núñez

Al conmemorarse  hoy el aniversario 55 de la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, viene  a la mente el recuerdo de tres mujeres santiagueras que, en distintos días y años, dejaron de existir físicamente en el mes de agosto, aquí, en Santiago de Cuba.
Las tres son símbolos de patriotas, de luchadoras. Símbolos de la mujer santiaguera y cubana.
La primera es América Lavadí Arce.  Había nacido el 15 de junio de 1917 en Yateras, Guantánamo. Hija de madre comunista y  luchadora antimachadista. El padre, tabaquero. Ambos progenitores descendían de familias mambisas.
América, desde casi niña, tuvo que laborar para contribuir al sustento del hogar. En Santiago de Cuba, donde había pasado a residir su familia, América se sumó a la lucha contra la tiranía machadista. Militó en la Liga Juvenil Comunista, desarrollando una amplia labor de propaganda desde una célula de Defensa Obrera Internacional. En más de una ocasión sufrió prisión y fue golpeada por los esbirros de la tiranía.
El 1ro. de agosto de 1933, el Partido de los comunistas cubanos convocó a una manifestación  por el Día Internacional de la Lucha contra la Guerra y por la Paz, por las demandas de los desocupados, contra el imperialismo yanqui y por la retirada del embajador norteamericano, Summer Welles, que tuvo como escenario a Santiago de Cuba.
América había realizado propaganda sobre esta actividad. Y allí estaba, en primera fila, portando la bandera cubana cuando –abrazada a ese símbolo patrio- cayó acribillada por las balas de un esbirro. Contaba, al morir, con solo 16 años de edad.
Del lugar de su caída, el cuerpo de América Lavadí Arce fue levantado por el dirigente obrero y comunista santiaguero Juan Taquechel López, junto al dirigente de la Liga Juvenil Comunista, Rolando Ramos Zapata, quien también caería asesinado una semana después, en otra manifestación.
El día 5 de otro agosto, esta vez de 1975,  falleció en Santiago de Cuba
Doña Rosario García Calviño. Había nacido en España, el  1ro. de agosto de 1899. Llegó a Cuba en 1917, radicándose en esta ciudad, como trabajadora doméstica en la Casa Pastoral del Primer Templo Bautista de Santiago de Cuba. En 1927 contrae matrimonio con el Reverendo Don Francisco País Pesqueira, de cuya unión nacieron tres hijos: Frank, Agustín y Josué. Los tres combatieron desde la clandestinidad a la tiranía batistina.
Josué, el menor, con solo 19 años de edad, cayó el 30 de junio de 1957, junto a sus compañeros Salvador Pascual y Floromiro Vistel, en enfrentamiento contra la jauría batistiana. Frank cayó un mes después, el 30 de julio, cuando, aún sin cumplir los 23 años, era  máximo jefe del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en el llano.
Ante la muerte de sus hijos, Doña Rosario actuó con valentía, como digna madre que entregaba sus hijos a la causa de la libertad de la patria.
Desde 1939, ante el fallecimiento de su esposo, Doña Rosario dedicó su vida al mantenimiento y educación de sus hijos.
Luego del triunfo revolucionario, esta mujer  incrementó su patriotismo y defendió la obra por la cual cayeron sus hijos.

En otro agosto, el día 25, de 1987, dejó de existir en Santiago de Cuba la  combatiente  revolucionaria Gloria Cuadras de la Cruz. Había nacido el 18 de julio de 1911, en Santiago de Cuba.
Mujer de estirpe bravía. Combatió a las tiranías  machadista y batistiana. Compañera de lucha del  insigne revolucionario Antonio Guiteras Holmes. Militó en las filas del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).
Desde los primeros días que siguieron al asalto al Cuartel Moncada, se solidarizó con los asaltantes, luchó por la preservación de los restos de los moncadistas asesinados y desde su programa radial  Cuba Libre,  en la Emisora Provincial, acusó a los esbirros de la tiranía, desentrañó las mentiras  de Batista, Tabernilla y Chaviano, y llamó al pueblo a la lucha por la libertad cubana.
Al constituirse, en 1955, el Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la provincia, ocupó el cargo de Responsable de Propaganda en Oriente. Formó parte del Estado Mayor que, bajo la jefatura de Frank País, dirigió el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, primera acción armada de la juventud cubana después del  26 de julio de 1953, cuyo objetivo fue apoyar el desembarco del Granma, con Fidel al frente.
Gloria Cuadras fue detenida en varias ocasiones, golpeada por los esbirros, ante quienes luchó, incluso marcando con sus dientes a uno de los más connotados asesinos.
En 1958, se incorpora al  Segundo Frente Oriental que llevara el nombre de su admirado jefe Frank País.
Desde el mismo triunfo de la Revolución, dedicó toda su vida a laconstrucción y defensa de la obra por la cual había luchado. Integrante del Comité Provincial del Partido, delegada a los dos primeros congresos del Partido, revolucionaria inclaudicable,  santiaguera de corazón.

Así,  América Lavadí Arce, Doña Rosario García Calviño y Gloria Cuadras de la Cruz, fueron flores sepultadas en distintos agostos. Aún así no las recordamos como flores marchitas. Las imaginamos juntas, como ramo frondoso adornando el jardín de la libertad cubana. Transmitiendo su fragancia a las  nuevas generaciones, depositarias de la obra que ellas ungieron con la miel de su cariño.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Ochenta y nueve motivos para querer a Fidel. Cualidades que lo identifican. Acróstico que es sentimiento de pueblo.


.Orlando Guevara Núñez

O  rfebre de voluntades
C  apacidad de sacrificio
H  eroísmo sin límites
E  ntusiasmo contagiante
N  itidez  de principios
T  itán de la libertad
A  dalid de las causas justas

Y  unque forjador de ideas

N  acido para vencer
U  niversal  revolucionario
E  terno Comandante en Jefe
V  alentía a toda prueba
E  ducador incansable

M  ambí de todos los tiempos
O  rientador de multitudes
T  alla de gigante
I   nternacionalista de corazón
V  isionario de ideas
O  brero sin descanso
S  olidaridad  verdadera


P  atriotismo sincero
A  mor por su pueblo
R  edentor de los pobres
A  bogado de los pueblos

Q   uijote que cura entuertos
U  nidad forjadora de victoria
E  strellas martianas en la frente
R  iqueza moral
E  spejo de virtudes
R  ebeldía contra injusticias

A  ltruismo sin fronteras

F  idelidad intachable
I   nagotable fuente del saber
D  ecisión inclaudicable de lucha
E  ncendedor de auroras
L  atinoamericanismo martiano

Y  acimiento de modestia

D  imensión de pueblo
E  jemplaridad de su vida
C  aballero hasta con el enemigo
I   nsobornable en cuerpo y alma
R  aíz  maceísta y martiana
L  íder indiscutible de su pueblo
E  tica sin manchas


S  inceridad ante todo y todos
I   diosincrasia de cubano
E  nemigo de la opresión
M artiano, marxista, bolivariano
P  upila insomne de la patria
R  ascacielos de la dignidad
E  cuanimidad imperturbable

A  migo leal

E  mancipador sin pausas
L  ibertador

C  ultivador de virtudes
 0  bra predicada y cumplida
M  aestro de generaciones
A  ntimperialista de ideas y acción
N  aturalidad en su actuar
D  emocracia verdadera
A  usteridad cabal
N  avegante hacia el porvenir
T  ableteo de disparos justicieros
E  misario de libertad e independencia

E  mprendedor de lo grande
N  ervios de acero

J  usticia repartida
E  ntera confianza en el hombre
F  e  en los valores humanos
E  xplicación clara y convincente

O  céano de bondad    
R  esistencia en la guerra y en la paz
D  ecoro
E  mprendedor  de proezas
N  acionalidad: el mundo
E  mbajador del cariño

J   irón de historia y de gloria                                                                     
U  niversidad viviente
R  ío de eterno caudal
A  gua que vence sequías
M  isterios escudriñados
0  jos que nunca dormitan
S  avia para nuevos frutos

V  enas de sangre  bravía
e  entrañas plenas de amor
n  aturaleza sin ocaso
c  artilla de diaria lectura  
E  n el sitial del honor
 R  astro de seguir su huella


Así es Fidel. Y  estos 89  motivos  para quererlo, admirarlo y seguirlo, no son todos. Hago coincidir el número con sus años cumplidos. Y aún cuando ya no esté físicamente entre nosotros, los motivos  seguirán creciendo y apuntando hacia lo infinito. Es ese un resultado de su grandeza.

martes, 11 de agosto de 2015

Fidel: ardiente profeta de la aurora







.Orlando Guevara Núñez

Con motivo del reinicio de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, diversos espacios en internet han comentado un trabajo del periodista y escritor argentino Pedro Jorge Solans sobre una  conferencia de prensa internacional , en septiembre de 1973, donde un periodista,  Brian Davis, de una agencia inglesa,  le preguntó al Comandante en Jefe Fidel Castro:
¿Cuándo cree usted que se podrá restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?
Añade el cronista que  “Fidel Castro lo miró fijo y respondió para todos los que estaban en la sala:   “Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Diversas opiniones han surgido alrededor de ese vaticinio que  luego de 43 años, se cumple.
Para no pocos, el hecho es sorprendente, con ribetes  místicos. Para los cubanos, el lugar de lo místico lo ocupa la certeza sobre la visión política de Fidel y su capacidad, partiendo de sus profundos análisis sobre el desarrollo histórico y las fuerzas que lo protagonizan, de ver más allá de lo que otros pueden hacerlo.
En este caso, viene a nuestra mente una afirmación hecha por un  amigo de Cuba, el presidente de la República Argelina Democrática y Popular, Abdelaziz Buteflika : “Fidel viaja al futuro, regresa y lo explica”.
Y una elocuente apreciación del Canciller de la Dignidad, Raúl Roa, cuando  dijo: “Fidel  oye la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la esquina”.
Fidel nos tiene acostrumbrados a esas afirmaciones que asombran al convertirse en realidad. Los ejemplos son muchos. Basta estudiar su vida para comprobarlo.
¡Condenadme, no importa, la historia me absolverá! Esa afirmación la hizo Fidel, el 16 de octubre de 1953, ante el tribunal que lo juzgó y condenó a 15 años de prisión por los hechos del 26 de  julio de ese año.  De allí salió preso, esposado, con el dolor del fracaso en la acción ejecutada, con el alma conmovida por sus 61 hermanos muertos. Ante un gobierno armado hasta los dientes, dispuesto a silenciarlo incluso con el crimen.
¿Quién podría creer, ante aque sombrío panorama, en aquella predicción? Y fue condenado, pero  la historia lo absolvió.
Estando en México, con pocos recursos, perseguido, incluso detenido, reuniendo uno a uno a los hombres y centavo a centavo los recursos para reiniciar la lucha en Cuba,  contra un ejército de más de 40 000 efectivos, bien pertrechado de armas, aviones, tanques, marina de guerra y el asesoramiento de los Estados Unidos,  afirmó Fidel: “Si salgo, llego; si llego, entro; y si entro, triunfo”.
Y frente a todas las adversidades, salió, llegó, entró y triunfó.
Después del desembarco del Granma  el 2 de diciembre de 1956 y la derrota de Alegría de Pío tres días después, Fidel no concibió  nunca el pesimismo. Aún en las condiciones más difíciles y desventajosas, cubierto con paja de caña  durante casi cuatro días para evadir la cacería enemiga, no pensó en la derrota, ni siquiera en una tregua, hablaba de lucha y de los planes futuros.  Así lo testimonió quien compartió con él esos dramáticos momentos, el expedicionario Faustino Pérez Hernández ¿Quién hubiese actuado igual?
Y cuando el 18 de diciembre de 1956, con solo ocho hombres y siete armas expresó con la convicción más plena: ¡Ahora sí ganamos la guerra!, la afirmación podría parecer una  quimera.
Pero no fue derrotado, ni dio ni pidió tregua. ¡Y ganó la guerra!
Revisando disímiles  momentos del proceso revolucionario cubano, hay palabras de Fidel que en su memento parecieron ilusiones y el decurso del tiempo las ha acuñado como  ciertas.
Uno de esos momentos cumbres fue el 4 de febrero de 1962, durante la sesión de la Asamblea General del pueblo de Cuba que aprobó la II Declaración de La Habana. El poder imperial en la América irredenta era un anillo acerado, asfixiante, las tiranías y gobiernos sumisos a ese poder parecían perpetuarse en lo infinito. Sin embargo, Fidel dijo para Cuba y para el mundo:
“Ahora, sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia”.
“Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más”. 
“Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar.  Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente  ¡Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia!” 
Eso fue dicho hace 53 años. Un recorrido visual por el panorama actual, demuestra cómo las predicciones de Fidel se van transformando en realidades.
Además de su visión sobre los procesos históricos, políticos, sociales y económicos, hay muchos ejemplos que parecen de ficción, pero confirman las cualidades de Fidel como analista profundo. Solo escojo dos.


En el libro Secreto de Generales, de Luis Báez, el General de Brigada Filiberto Olivera Moya, relata que en una ocasión, durante la guerra, Fidel dijo que  “ iba a enviar a un hombre a Bayamo para que comentara que él estaba en Pino del Agua, con su tropa”. “A los ocho días-decía Fidel- llegarán los guardias y debemos esperarlos emboscados (…).
La verdad es que a los ocho días llegaron los guardias, fueron atacados y se cumplió la misión. Relata Filiberto que como a los veinte días de la acción le preguntó a Fidel cómo había calculado los ocho días. La primera respuesta fue: “Porque tengo la cabeza para pensar”. “Yo también, pero no me imagino cómo hizo esos cálculos, argumentó Filiberto. Entonces, la explicación del máximo jefe guerrillero:  había analizado el tiempo que tendría el hombre enviado a Bayamo, cuándo esa información llegaría a oídos de los soldados, la reacción de los guardias, el aviso a Chaviano en Santiago de Cuba, el tiempo de éste para responder y mandar la orden para que subieran a Pino del Agua..
Como dijo el presidente argelino, Fidel fue al futuro, regresó, lo contó y sobre esa base se logró lo deseado.
En la propia Sierra Maestra, en el libro Memorias de un guerrillero, del capitán Vin Botello, el autor narra la vez que le correspondió conducir a dos personas enviadas por el Movimiento 26 de Julio para el territorio rebelde. Cuando estaban cerca de su destino, él se adelantó y comunicó la misión. Fidel indagó las características de las personas y centró su atención en uno. Ese debe ser Juanito, dijo. Dio instrucciones de que fueran desarmados y conducidos. Así se hizo. Al otro día, Vin supo que esa noche Juanito había sido ajusticiado. Era un agente policíaco, que incluso había actuado en México, y ahora se infiltraba con el objetivo de asesinar a Fidel.
Hoy, si leyéramos los muchos discursos e intervenciones de Fidel, desde el mismo triunfo revolucionario, nos daríamos cuenta de cuántas cosas por él previstas están realizadas, a la vez que muchos problemas subsisten  porque no hemos sabido aquilatar y cumplir sus orientaciones.
Así es Fidel. Pero su grandeza no está solo en el pensar. Estuvo al frente de los combatientes que convocó al Moncada; al frente de los expedicionarios del Granma; al frente de los guerrilleros en la Sierra Maestra; al frente de los combatientes de Playa Girón;  al frente de su pueblo cuando estuvimos al borde, en octubre de 1962, de un holocausto nuclear;  junto a su pueblo en todos los momentos de peligro; arriesgó muchas veces su vida. Es forjador de un pueblo al que enseñó los principios de la Revolución, del socialismo, del internacionalismo, del antimperialismo. Le enseñó el ¡Patria o Muerte!, el ¡Venceremos! y le enseñó – también rodeado de bayonetas enemigas, preso y solitario, que “somos un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie!
Por eso lo odian tanto los imperialistas y contrarrevolucionarios. Por eso lo veneramos los cubanos verdaderos. Y ahí está, pese a los 638 intentos de asesinato, las veces que han propagado la falsedad de su muerte.Ahí, con sus 89 años de vida, pero, sobre todo, con su perenne ejemplo. Ahí sigue, como eterno Comandante en Jefe de un pueblo heroico.

El breve espacio para este trabajo obliga al punto final. Pero burlo esa norma para  mencionar  dos cosas dichas sobre Fidel, que refejan su grandeza como hombre, como revolucionario y pensador. Una de Almeida: “Se me fue de tamaño”. Y la otra del Che: Ardiente profeta de la aurora.