domingo, 31 de octubre de 2021

Ancho campo en el mundo hay para vivir con decoro

 


Orlan


do Guevara Núñez

 

En una de las muchas cartas a su amigo Gonzalo de Quesada, escribe Martí este  modo de pensar’ Y en ella le dice, además, que “poco vale este amigo infeliz e impotente; pero sabe donde  está la virtud, y el modo de conciliarla con las obligaciones de la vida, sin faltar a éstas ni a ella” 

Le asegura que las almas nacidas para la honradez no tienen conveniencia, ni viven tranquilas, fuera de la honradez.  La misiva está fechada en Nueva York, el  16 de noviembre de 189l  

Afirma que son algunos los vendidos y muchos los venales, pero el honor puede echarlos atrás cuando salen de las filas al escuchar el látigo que los convoca o ver servido el plato de lentejas,

Hace alusión a la penuria económica que le ha impedido haber publicado el periódico para Cuba y América, una sola en su previsión y pensamiento. Dice que ya podría estar publicado  si  él hubiese decidido aceptar  ayuda de personas que no compartían su modo de pensar, pero  que ideas de esa dignidad   no deben aparecer con pobreza ante el público, porque es dañarlas más que defenderlas. El decoro de los hombres es una prédica constante en Martí. Para él es esa una condición indispensable, pues sin decoro no es posible  ni predicar ni hacer obra digna y en bien de la patria.

Al final, le escribe al fiel amigo: Hay que levantarse, sacudirse el polvo y seguir andando.

La guerra se ha de hacer para evitar las guerras

 


Orlando Guevara Núñez

 


La guerra fue siempre en  Martí un recurso necesario para, una vez alcanzada la victoria, construir una república de paz, de trabajo creador y de concordia de los habitantes de la nación cubana. En este caso, utilizó como vía de expresión un artículo, publicado en el periódico Patria, el 19 de marzo de 1892, titulado La agitación autonomista.

Se está refiriendo a una declaración del Partido Autonomista en Cuba, frente a las provocaciones del ministro de las colonias españolas. Y los autonomistas llegan a la amenaza de renunciar al ejercicio de esa expresión política, única autorizada en el país.

Afirma Martí que” el patriotismo purifica y sublima a los hombres, y por una ley natural, suele en las horas críticas lucir con fuego intenso en aquellos a quienes estimula el arrepentimiento de los años culpables de patriotismo cómodo; o en los que enojados de su crédula e inútil fe, ponen en la doctrina nueva el justo deseo de castigar a quienes los defraudaron; o en los que en el bautizo del patriotismo puro anhelan lavar sus culpas grandes”

En su argumentado análisis plantea nuestro Apóstol que la continuación de la revolución no pueden ser la continuación de los métodos y el espíritu de la autonomía, porque ésta no nació en Cuba como hija de la revolución, sino contra ella. Expone que si la revolución tuviese por objeto mudar de manos el poder, o cambiar las formas más que las esencias, caería la obra  en quienes  por profesión, intereses o simpatía  están en Cuba abocados al poder. Y alerta sobre el peligro de perder la Revolución.

Es cuando expresa que la guerra se ha de hacer para evitar las guerras. Expone la incapacidad del autonomismo para asumir una revolución de verdad. No obstante, alberga la esperanza de que a la hora de la verdad, juntos estén, en el propósito de crear una república, los confesos de la política pacífica y los preparadores de la guerra inevitable. Pero define Martí que “Con fuerzas revolucionarias, criadas en la guerra y mantenidas en la fe de ellas por la inutilidad y el oprobio de la paz, solo puede hacerse la política de la revolución”. Y que no hay, en honra, el derecho de emplear las fuerzas de la revolución para oponerse a ella.

El párrafo final del artículo es de esperanza y optimismo: “Pero de esta agitación involuntaria del partido autonomista resultan dos lecciones que el partido no podrá desoír y saludará con júbilo la patria. Una es la prueba evidente de que el país conserva el alma heroica que prefiere los peligros del valor a las vergüenzas de la paz; y otra es la certidumbre de que en la hora gloriosa de la protesta se juntarán, sin reparos ni iras, todos los que hayan lavado su corazón en el bautismo del sacrificio”.

 

Ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar


.Orlando Guevara Núñez

 


Publicado en Patria, el 27 de enero de 1894, un artículo de José Martí, con el titulo La protesta de Thomasvill, contiene este aforismo. Se está refiriendo a un desacuerdo de cubanos residentes en esa localidad de los Estados Unidos. 

Los promotores de la protesta eran obreros fabriles, en desacuerdo con la pretendida  mudanza de una fábrica para otro lugar y la decisión yanqui de ocupar a españoles en las mesas de trabajo hasta entonces por ellos ocupadas.

Habla Martí sobre la desdicha de vivir en un pueblo “que nos desdeña y codicia, que en libros y periódicos nos befa y achica, que nos tiene como gente jojota y femenil”. Y ese es Estados Unidos, país ante el cual  “por sus lecturas tradicionales y erróneas, por el robo fácil de una buena parte de México, por su preocupación contra las razas mestizas y por el carácter cesáreo y rapaz de la conquista y el lujo ha ido criando, es de deber continuo y de necesidad urgente erguirse  cada vez que haya justicia u ocasión, a fin de irle mudando el pensamiento” (…)

“Ellos, celosos de su libertad, nos despreciarían si no nos mostrásemos celosos  de la nuestra”, afirma. Apunta  que hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena a ver si es blanda o si resiste. Y hay que poner la carne dura, de modo que eche afuera los dedos atrevidos.

·Ante quienes no se hacen respetar, protestaron los cubanos. Y lo hicieron en un documento escrito en inglés, ya que los  aludidos no hablan nuestro idioma”.

 

sábado, 30 de octubre de 2021

A la felicidad del obrero se va por la felicidad de la patria, al obrero feliz se va por la patria feliz

 


Orlando Guevara Núñez

 


Afirmación martiana que revela su posición política en relación con las clases de la sociedad. Su defensa a los obreros está presente en otros muchos momentos. Los considera víctimas del capital que los hunde en la pobreza. En este caso, la afirmación no fue encontrada en discursos, cartas o escritos periodísticos. Aparece  en el número 17 de sus Cuadernos de Apuntes.

Según notas sobre ese cuaderno, fue escrito en un block  con fecha 1892-1894, por lo que se presume fue en ese marco su elaboración.

No hay como pensar firmemente para hablar elocuentemente

.Orlando Guevara Núñez

 


He aquí una convincente definición de José Martí sobre el arte de la oratoria. Argumenta que lo que está definido en el juicio, será de seguro bien puesto en los labios. Este criterio  está contenido en un  extenso artículo publicado en el periódico caraqueño La Opinión Nacional, el 30 de diciembre de 1881. El país tema, en este caso, es Francia. 

Menciona a tres escritores de ese país, autores del libro El orador, y  algunas de sus obras. Los elogia. Y apunta que alcanzar fama, no es más que el deber de mantenerse constantemente a su altura, y que solo los inútiles tienen el derecho a ser perezosos.

Otro juicio importante sobre la oratoria es vertido por Martí: “Pronunciar discursos, por más que nazcan del calor del instante las palabras que dan molde a las ideas hirientes, es, más que decir lo que se está pensando, decir  lo que  se ha pensado”  Y una interrogante ilustra: ¿Brotan acaso en la rama las frutas maduras? Consejo oportuno para quienes, por sus responsabilidades, tienen la obligación de utilizar la oratoria. Pensar antes lo que ha de decirse.

Analiza también aspectos de la política de Francia, los debates internos en el gobierno y los conflictos coloniales de ese país.