domingo, 24 de octubre de 2021

El primer deber de un hombre de estos días es ser un hombre de su tiempo


Orlando Guevara Núñez

 


Este criterio martiano fue expuesto al Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Joaquín Dacal, en carta firmada el 11 de abril de 1877, en ese mismo país.

Está Martí respondiendo al diplomático, quien le había solicitado opinión sobre el Código Nuevo, legislado en Guatemala. Le comunica su desagrado por tratar sobre cosas pasadas, pues la vida debe ser diaria, movible, útil. Es cuando afirma que el primer deber de un hombre de estos días es ser un hombre de su tiempo. Se refiere a la inconveniencia de aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. Le plantea no estorbar  a su país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles. No está enjuiciando al Código, sino el valor de lo que él pueda aportar.

Con mucha modestia le afirma: “Si de algo serví antes de ahora, ya no me acuerdo: lo que yo quiero es servir más”. Luego le dice que recibió ese documento, lo leyó detenidamente, le envía algunas opiniones y le asegura que no será la última vez que escriba sobre ese tema. Y cumplió, pues lo hizo. Afirma que nunca manchará con palabras, actos, ni escritos la paz del pueblo que lo acoja. Explica que fue allí a  comunicar lo poco que sabía y a aprender lo mucho que no sabía. Y a ahogar sus penas por no estar combatiendo en los campos cubanos

Le dice que tiene vedada la injerencia en la política activa de los países donde vive, y que hay una  gran política universal “y esa sí es la mía y la haré: la de las nuevas doctrinas”.

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