martes, 19 de octubre de 2021

José Martí frente al anexionismo yanqui contra Cuba

 

. Orlando Guevara Núñez

 


 

 “Hay marea alta en todas estas cosas de anexión”, escribe José Martí a su amigo Gonzalo de Quesada, el 29 de octubre de 1889. Se estaba refiriendo a la Conferencia Internacional Americana, que se había iniciado en Washington, el día 2 de ese propio mes.

Está alertando a su amigo, quien formaría parte de la Delegación de Argentina a ese evento, sobre las posibles intenciones de que se acercaran a él personas insanas “que llevan el veneno donde no se les ve” y  “lo han de querer usar, descaradamente unos, y otros sin que usted lo sienta”. Está visiblemente preocupado por las consecuencias de esa conferencia para Cuba y para América.

Con toda claridad le  aconseja: “No hay encaje más fino que el que labran los hombres decididos a intrigar, o necesitados de servir. Es necesario ser hábil y honrado, contra los que son hábiles, y no honrados”.  Denuncia como incierta una versión sobre la autoría suya de una correspondencia al Secretario de Estado de los Estados Unidos, aparentando negociación en lo relacionado con la anexión de Cuba a ese país.

Expresa su criterio de que del citado evento “nada práctico puede salir, a no ser lo que convenga a los intereses norteamericanos, que no son, por contado, los nuestros”.  “Creo, es redondo, peligroso para nuestra América o por lo menos inútil, el Congreso Internacional.  Opina que para Cuba lo positivo que puede tener es que los pueblos de América puedan compeler a los Estados Unidos  a que reconozcan el derecho de la Isla a ser independiente.

Deja claro que para Cuba lo único válido es la garantía de su verdadera independencia. Y apunta un peligro vigente: “Para que la Isla sea norteamericana no necesitamos hacer ningún esfuerzo, porque si no aprovechamos el poco tiempo que nos queda para impedir que lo sea, por su propia descomposición vendrá a serlo. Eso espera este país, y a eso debemos oponernos nosotros”.

Reafirma su criterio de que si Estados Unidos paga indemnización a España, eso favorecería sus propósitos de poseer a la Isla. Y plantea las siguientes interrogantes: “Y una vez en Cuba los Estados Unidos, ¿quién los saca de ella?  Ni ¿por qué ha de quedar Cuba en América, como según este precedente quedaría, a nuestra manera, no del pueblo que es, propio  y capaz, sino como una nacionalidad artificial, creada por razones estratégicas?  Base más segura quiero para mi pueblo”.

Opina que el sacrificio oportuno es preferible a la aniquilación definitiva. Y  agrega que es posible la paz de Cuba independiente con los Estados Unidos, sin la pérdida o transformación de nuestra nacionalidad.

Hay otra carta de Martí a Gonzalo de Quesada sobre el mismo tema del  pretendido anexionismo de Cuba a los Estados Unidos

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