Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar

Orlando Guevara Núñez

Esta  máxima de nuestro Héroe Nacional, José Martí, la encontré no en el contexto de discursos, cartas o trabajos periodísticos. Aparece en el tomo que recoge fragmentos, sin otras referencias.

 Analizándola, se reitera la preocupación martiana por el hombre, por sus derechos, por su dignidad humana. Las ideas son para él una cuestión esencial, de realización personal y colectiva.

Consecuente con ese principio, la Revolución cubana, desde el inicio, cultivó la mente de las personas. Y les brindó la oportunidad no solo de pensar, sino de saber pensar. Porque era imposible poder pensar bien siendo analfabeto.

Ese derecho, en Cuba, no es solo derecho, es necesidad. Una obra que llega a todos, de todos necesita. Y en la medida que todos piensen, con más conocimientos contará esa obra para seguir existiendo y creciendo.

Con toda razón expresaría el Comandante en Jefe Fidel Castro: “nosotros no le decimos al pueblo: cree; le decimos lee”. Y a este pueblo, no solo se le pide la expresión de su pensamiento, sino que ese pensamiento se integra a la obra de toda la sociedad, única capaz de interpretar y canalizar el pensamiento individual.

La fuerza principal del pueblo cubano, por eso está no en la riqueza material, ni en las armas, está en las ideas, surgidas de las convicciones.