.Orlando Guevara Núñez
El 2 de
noviembre de 1930, nació en Santiago de Cuba Renato Guitart Rosell, el joven revolucionario
que, luego de participar en la organización del asalto al cuartel Moncada, cayó
en combate la madrugada del 26 de julio de 1953, formando parte del grupo cuya
misión consistía en entrar por la Posta Tres de esa fortaleza militar, la
segunda en importancia en el país.
Su
nacimiento se produjo en un hogar con posibilidades económicas, pues su padre,
René Guitart, era comisionista de firmas extranjeras y también consignatario de
buques. Pero el ambiente familiar estaba signado por el patriotismo, savia que
nutrió sus arterias desde los años más tempranos de su vida.
A
la edad de 15 años, Renato ingresó al colegio presbiteriano de Cárdenas,
Matanzas, con el propósito de cursar la escuela de comercio e idiomas. Allí no
sólo desarrolló su capacidad intelectual, sino también su sentido del
compañerismo y el humanismo, compartiendo con alumnos sin recursos económicos
lo que él disponía, sentimiento que contó con la aprobación de su progenitor.
Durante
su adolescencia y juventud gustaba de la navegación, la natación, el tiro, el baloncesto y la música, con dotes también para el canto y
una particular afición por la carpintería.
Pero
pronto el pensamiento y la acción de Renato Guitart convergerían en un objetivo
al cual se dedicó por entero: la lucha por la libertad de la Patria. Así, cuando el
artero golpe de estado del 10 de marzo de 1952
aupó al poder al sanguinario Fulgencio Batista, estuvo Renato, junto a
su padre y unos amigos, armados con dos pistolas, en el cuartel Moncada,
pensando que aquí el zarpazo no iba a ser acatado y podían contribuir a
combatirlo.
La
traición le dolió, pero no lo amilanó. Comenzó entonces a hacer gestiones para
recepcionar la entrega de armas que había prometido el ex presidente Carlos
Prío. En lugar de las armas, sin embargo, sobrevino otro desengaño.
En
Matanzas, había conocido al líder estudiantil José Antonio Echeverría, mientras
que en su natal Santiago de Cuba se ligaba cada vez más con jóvenes
revolucionarios, entre ellos Otto Parellada. También conoció a otros compañeros
de ideales en la capital del país. Y se encontró con Fidel Castro, a quien calibró desde el primer
encuentro entre ambos, lo cual está demostrado en la afirmación hecha a su
padre. “Ese sí es un revolucionario,
papá. Tiene un gran empuje. Yo te lo digo, vive muy adelantado. Ese es el
hombre que tumbará a Batista, porque a Batista hay que tumbarlo con balas”.
Renato
Guitart Rosell encauzaría desde entonces su ideal revolucionario y de
combatiente como integrante de la dirección del Movimiento, que iniciaría la
lucha armada contra la brutal tiranía que había obtenido el poder por la
fuerza.
Como
conocedor de Santiago de Cuba y por sus cualidades, inteligencia y valentía, le
correspondió un grupo de tareas organizativas que incluían conseguir un plano
del cuartel Moncada, información sobre las tropas, lugar donde se guardaban las
armas de la fortaleza, así como sobre los edificios cercanos a ésta, compra de armas y parque, además del
alquiler de casas y reservaciones en hoteles para hospedaje de los jóvenes que
acudirían a la gesta patriótica en Santiago de Cuba y Bayamo.
La
heroína del Moncada, Melba Hernández, relata que cuando ella llegó por tren a Santiago de Cuba -estima como posible
fecha el 24 de julio de 1953- la estaban esperando Abel Santamaría y Renato
Guitart.
“Renato
fue un compañero a quien no tuvimos mucha oportunidad de tratar -afirmó Melba- por el carácter clandestino y
el rigor con el cual se trabajaba en el seno del Movimiento. Sin embargo, tanto
para Yeyé (Haydée Santamaría) como para mí, se convirtió en un íntimo
compañero, en un hermano. No sabíamos que Renato vivía en Santiago, pues aunque
tuvimos la oportunidad de hablar en La Habana, nunca dijo de dónde era”.
En
su relato, Melba apunta que antes de dirigirse a la Granjita Siboney,
Renato le dijo: “Vamos a pasar por un lugar que después a ti te va a interesar
mucho. Es muy importante. Y para que veas que los que están ahí son nuestros
enemigos, pero no son tan feroces”. Se trataba del cuartel Moncada. Le dimos la
vuelta al cuartel -apunta la combatiente
moncadista - y cada vez que pasábamos
por delante de una entrada de la posta o coincidíamos con un militar, Renato y
el militar se saludaban muy afectuosamente. Y seguimos.
“El
primero que sea para mí”, fue la petición de Renato a Haydée Santamaría en la Granjita Siboney,
cuando se planchaban los uniformes de los asaltantes, deseo que fue satisfecho.
Esa misma madrugada, partiría junto a sus compañeros hacia la acción, en la
cual tendría asignada una importante misión como responsable del grupo de
vanguardia de ocho combatientes que
entraría por la Posta
Tres. Los otros eran Flores Betancourt Rodríguez, Pedro
Marrero Aizpurúa, Carmelo Noa Gil, José Luis Tasende de las Muñecas, Jesús
Montané Oropesa, José Suárez Blanco y Ramiro Valdés Menéndez. De ellos, sólo
los últimos tres salieron con vida.
¡Abran paso al general! Así exclamó Renato al llegar al
lugar, logrando el desarme de los dos soldados que custodiaban la posta. Luego,
el combate durante el cual se mantuvo disparando hasta que una bala lo alcanzó
en la cabeza, produciéndole la muerte instantánea.
Renato
Guitart Rosell caía heroicamente por la Revolución, cuando aún
no había cumplido los 23 años. Hoy
recordamos al héroe preservando, engrandeciendo y defendiendo la obra
conquistada, cimentada con su sangre generosa.
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