sábado, 4 de julio de 2020

El 26 de julio de 1962, en Santiago de Cuba, Fidel dijo estas palabras, con fuerza de presencia y validez para el futuro.




.Orlando Guevara Núñez 

            "El pueblo debe saber distinguir quién es un tipo que ocasionalmente puede expresar una inconformidad.  Bien.  Ahora, las críticas las hacemos en los centros de trabajo, en las asambleas, donde sea, en los seccionales, en las organizaciones de masa.  Todas las cosas que estén mal, allí tenemos que discutirlas; no es en la calle, no es en la calle, donde se aprovechan los enemigos.  Lo que esté mal tenemos que discutirlo en nuestros sindicatos, en nuestros comités de base de las organizaciones de masa, en nuestros núcleos revolucionarios, en las aulas.  Ahí  es donde tenemos que discutir lo que esté mal.  En la calle, somos defensores de la Revolución". 
"Porque, claro, la Revolución es obra de todo el pueblo.  Si la Revolución tiene defectos, es como el hijo que tiene defectos también.  Nosotros queremos que la Revolución sea perfecta, pero una cosa es las críticas que le hacemos los revolucionarios, y otra es las que le hacen los enemigos.  A los enemigos no se las aceptamos.  Las críticas tienen que ser de los revolucionarios para superarlas, porque los contrarrevolucionarios critican para destruir, y los revolucionarios critican para superar, para resolver." 
"Pero, además, la crítica no solamente hay que hacerla en los centros de trabajo, en las organizaciones, reunirnos con el sindicato, ¡en las organizaciones!, sino que los periódicos revolucionarios también deben criticar.  Y ningún administrador debe ponerse bravo porque lo critiquen; él tiene derecho de replicar, aclarar cualquier cosa, explicar cualquier problema.  Esas son las críticas que se hacen en los órganos de la Revolución, que hacen los revolucionarios entre revolucionarios.  Los contrarrevolucionarios no, porque ellos lo que quieren es destruir, ellos no nos quieren ayudar; ellos critican por destruir, por sembrar la desmoralización, el pesimismo, el desaliento.  Un revolucionario, un hombre de pueblo, un trabajador, un campesino, nunca se debe dejar desmoralizar por un contrarrevolucionario, por una mentira, por una intriga; nunca debe quedarse callado la boca frente a un contrarrevolucionario ; porque esos son iguales que los que en la guerra, cuando hay peligro, abandonan la posición y huyen, tratando de que huyan los demás". 
Los trabajadores y los campesinos tienen que tener una moral de trabajadores y de campesinos.  Los burgueses creen que los trabajadores y los campesinos son unos ignorantes y que creen cualquier cuento.  Y los trabajadores y los campesinos han aprendido mucho para que les vayan a creer los cuentos a los burgueses.  
Y así ha sido. Nadie más críticos con nuestros propios problemas que nosotros mismos. En eso, nuestros principales maestros han sido Fidel y Raúl. Pero hemos ejercido la crítica para mejorar, para resolver, y es eso lo que nos ha permitido llegar con la Revolución en el lugar donde estamos. El imperio agresor se ha convertido en una fábrica de críticas a Cuba que cuenta con muchos asalariados, confiados en que el pueblo llegará a creer sus inventos y patrañas. 
El pueblo cubano sabe distinguir bien entre lo que le dicen sus enemigos y lo que él está viendo. Y por eso sigue luchando para seguir siendo lo que somos y no volver jamás  a lo que fuimos antes del triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959.

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