.Orlando Guevara Núñez
Esta cita de José Martí está
contenida en una carta dirigida al
Director del periódico El
Partido Liberal, de México, fechada
el 20 de julio de 1887. El tema está referido a la excomulgación, por
el Papa, del párroco Eduardo McGlynn,
criticada por el Apóstol de la independencia cubana. En este caso el
enjuiciamiento sobre la Iglesia es severo y
pone al descubierto los intereses a los que sirve la institución.
Así lo expone Martí: ¿Conque el que sirve a la libertad no
puede servir a la iglesia? ¿Con que hoy,
como hace cuatro siglos, el que se niega a retractar la verdad que ve, y que la
iglesia ataca donde no puede vencerla, o tiene que ser vil, y negar lo que está
viendo, o en pago de haber levantado en una diócesis corrompida un templo sin
mancha, es echado al estercolero, sin agua bendita ni suelo sagrado para su cadáver?
Y prosigue: ¿Con que la
iglesia se vuelve contra los pobres que la sustentan y los sacerdotes que
estudian sus males? (…) ¿Con que la
iglesia no aprende historia, no aprende libertad, no aprende economía política?
La misiva expone los cambios
operados en el mundo y el negativo papel de la iglesia respecto a los intereses
de los pueblos. “Las religiones todas son
iguales: puestas unas sobre otras, no se llevan un codo y una punta: se necesita ser un
ignorante cabal, como salen tantos de universidades y academias, para no
reconocer la identidad del mundo. Las religiones todas han nacido de las mismas raíces, han
adorado las mismas imágenes, han prosperado por las mismas virtudes y se han corrompido por los mismos vicios”
Como “un cura virtuoso”
califica al excomulgado. Y dirige al Papa una interrogación: ¿Se puede ser
hombre y católico, o para ser católico se ha de tener alma de lacayo? Y utiliza certeros argumentos: “Conque el sol no se enoja porque se le diga que tiene
manchas, ¿y el hijo de un país libre, porque lleva la túnica del que murió por
sacar a los hombres de pena no puede
decir, cuando ya se tiene el hambre encima, cómo se remedia el hambre?
Y se refiere Martí a la
reacción de los creyentes ante la medida papal contra McGlynn: “Así, cuando cayeron sobre el
piadoso sacerdote que con la dirección de la sabiduría busca remedio en las leyes para evitar la revuelta
sangrienta de los desesperados, se alzó contra estas excrecencias de Jesús el
pueblo que lo ama, y a la excomunión de la Iglesia, que castiga al buen cura
por servir al hombre, ha respondido el pueblo de Jesús excomulgando a la
Iglesia. ¡Esa es nuestra Iglesia, ese
cura pálido!
Son aleccionadores los
fragmentos que expone Martí sobre la autodefensa del cura excomulgado, viva
denuncia sobre lo que considera una traición de la Iglesia a sus feligreses, en
aras de congraciarse con los poderosos. En otros trabajos, se refiere al mismo
caso. Esta carta de Martí fue publicada también por el diario argentino La Nación, con fecha 4 de septiembre del mismo 1887.
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