.Orlando Guevara Núñez
El
pensamiento de Fidel es una continuidad del pensamiento martiano. Una sola fue
siempre la decisión de ambos: obtener la libertad a cualquier precio y defenderla.
Los ejemplos podrían ser muchos, en todos los campos. Escogemos solo uno.
Nuestro Héroe Nacional sentenció el 24 de enero de 1880, teniendo como auditorio a un grupo de cubanos emigrados, en Nueva York, Estados Unidos:
¡Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila!
Setenta y tres años más tarde, el 16 de octubre de 1953, ante el tribunal que lo juzgaba por los hechos del 26 de julio de ese año, Fidel afirmó:
“Nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie”.
De esas convicciones está cimentada la ideología del pueblo cubano, a la cual se suma otra, fundida en el pensamiento de Martí y de Fidel, en este caso del Titán de Bronce, Antonio Maceo:
“Quien intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.
Un claro mensaje a los enemigos externos e internos de la Revolución, Lástima que la estupidez y la prepotencia no les permita descifrarlo.
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