Pocas
personas son conocidas en todo el mundo sólo por su nombre como lo es
Fidel. Razón tenía el general de ejército Raúl Castro Ruz cuando afirmó
que Fidel es Fidel e insustituible, pues su presencia se siente cada día
cuando nuestro pueblo y gobierno enfrentan las dificultades como él nos
enseñó.
Su Generación Histórica fue la que enfrentó la dictadura de
Fulgencio Batista en las calles con protestas universitarias y
populares, la que luego asaltó los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba
y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo el 26 de julio de 1953, sufrió
prisión, exilio y desembarcó en el yate Granma el 2 de diciembre de 1956
para librar una dura guerra de liberación en montañas y llanos hasta
lograr el triunfo revolucionario el primer día de 1959.
Al frente de
esta generación siempre estuvo Fidel, indiscutible Comandante en Jefe,
capaz de unir a todas las fuerzas opositoras a la dictadura durante la
guerra, de enfrentar la traición de algunos de sus oficiales luego de la
victoria, y de unificar la estrategia y acción del pueblo y todas las
organizaciones progresistas de una pequeña isla del Caribe al
enfrentarse por primera vez a sucesivos gobiernos de Estados Unidos, en
colosal resistencia frente a un criminal bloqueo económico, comercial y
financiero que se prolonga ya por casi seis décadas, amplía sus acciones
y las intensifica a niveles genocidas.
Fidel es el creador de las
Milicias Nacionales Revolucionarias, el que proclamó el carácter
socialista de la Revolución en el entierro de las víctimas del bombardeo
yanqui a los aeropuertos y quien dirigió la batalla de Playa Girón
contra la invasión mercenaria con la consigna empleada por primera vez
de Patria o Muerte, Venceremos! Es el que aplicó la Reforma Agraria y
las nacionalizaciones de las transnacionales y los centrales azucareros,
el que concibió y dirigió la Campaña de Alfabetización, el de los
heroicos salvamentos de campesinos cuando el Ciclón Flora inundó todo el
centro de Oriente, y de cuya tragedia concibió los proyectos de presas y
regadíos que han transformado el agro cubano. Es el inspirador de las
recogidas de café de los estudiantes secundarios, el estratega de la
lucha contra bandidos apoyados por la CIA, y el de la Crisis de Octubre
donde nuestro pueblo estuvo dispuesto a inmolarse bajo su mando en la
defensa de la dignidad y la independencia.
Fidel es el de los largos
discursos que nuestro pueblo oía sin cansancio, y en los cuales siempre
respondía a las inquietudes del momento con las medidas u orientaciones
que su auditorio esperaba; es el creador del plan de becas, el que
garantizó salud y educación gratuitas para todos, desde la primaria
hasta el nivel universitario cuyos títulos ostentan hoy un millón y
medio de cubanos; es el que desde muy temprano en la Revolución supo ver
que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia, quien creó las
instituciones científicas y formó el ejército de batas blancas, con los
que enfrentamos hoy la pandemia mundial de la COVID-19 y Cuba presta
ayuda solidaria a numerosos países del mundo que proponen hoy a estas
brigadas de salud para el Premio Nobel.
Fidel es el que supo
desarrollar el deporte como un derecho del pueblo y llevar a nuestros
atletas a conquistar títulos mundiales y olímpicos como nunca antes se
soñó en Cuba. También es el que supo unificar el talento creador de los
intelectuales y artistas cubanos bajo el principio de que con la
Revolución todo, contra la Revolución nada, el que creó la Casa de las
Américas y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
(ICAIC) entre las primeras medidas de su gobierno, y el que, al inicio
del Período Especial afirmó que lo primero que había que salvar era la
cultura.
Fidel logró la difícil proeza de ser líder de todos los
sectores poblacionales y profesionales y estuvo siempre presente en los
congresos de las organizaciones de masas que creó: los Comités de
Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC),
la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), y la Unión de
Estudiantes Secundarios (UES), convertida luego en la Federación de
Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM).
Reactivó su liderazgo
histórico de la etapa prerrevolucionaria en la Federación de Estudiantes
Universitarios (FEU), con sus frecuentes encuentros informales en la
Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana, creó la Organización de
Pioneros José Martí (OPJM) y la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR),
que luego se convertiría bajo su inspiración en la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC), y fue capaz de llevar a la práctica el principio
martiano de un solo partido para conducir la Revolución al transitar
desde las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), al Partido
Unido de la Revolución Socialista (PURS) y, finalmente, al Partido
Comunista de Cuba (PCC).
El Fidel periodista que escribía en la
Sección En Cuba de Bohemia antes de la Revolución es el mismo que
potenció la prensa revolucionaria después del triunfo, el que presidía
los Congresos de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) e impulsó la
utilización de Internet para los periodistas y el país. Es el que en
altas horas de la madrugada revisaba editoriales junto a periodistas en
la dirección de Granma cuando el tema era de interés nacional e
internacional y el primer cliente de una tienda cubana de productos
informativos por comercio electrónico creada por su inspiración a
inicios de este siglo.
Sin ser genetista Fidel creó los grandes
planes ganaderos de donde surgió la vaca Ubre Blanca, con su record
Guinness de producción de leche y el pastoreo intensivo, y sin ser
economista fue capaz de librar la cruzada continental contra el pago
injusto de la deuda externa, llamada por él como deuda eterna, en los
Encuentros Internacionales sobre Globalización y Desarrollo con las más
destacadas personalidades de la izquierda latinoamericana y mundial.
Fidel
institucionalizó las grandes concentraciones en la Plaza de la
Revolución como el Parlamento del pueblo donde se aprobaban con su voto a
mano alzada las grandes decisiones, y estableció con sus visitas
imprevistas a centros de producción o servicios un mecanismo de
comprobación para evitar desinformación y escuchar directamente a los
trabajadores. En la plaza colmada por cientos de miles de personas se
aprobaron las dos Declaraciones de La Habana y el nombre del Partido
Comunista de Cuba y fue quien desencadenó la Batalla de Ideas para traer
de regreso al niño secuestrado por la mafia cubano-americana en Miami y
a los cinco patriotas cumpliendo prisión en el país del Norte por
defender la integridad de su Patria.
Fidel es la figura misionera de
la Revolución Cubana precursora del internacionalismo, capaz de vencer a
miles de kilómetros con sus tropas de internacionalistas voluntarios al
ejército sudafricano y los mercenarios apoyados por Estados Unidos,
apoyando la liberación de Angola del colonialismo, la independencia de
Namibia, Argelia, Etiopía, Siria y de la propia Sudáfrica, sin traer
para Cuba nada más que el agradecimiento de los pueblos africanos y los
restos de sus caídos en combate.
Es uno de los grandes impulsores del
Movimiento de Países No Alineados, y quien defendió en Naciones Unidas
que no puede haber paz en el mundo mientras millones de personas mueren
de hambre y enfermedades prevenibles, mientras otros acumulan en sus
manos las riquezas y privilegios. También es el que fue objetivo de un
total de 638 intentos de asesinato, frustrados en distintas fases de
desarrollo por la eficiencia de la Seguridad cubana.
Es quien en
abril de 2004, junto al líder de la Venezuela bolivariana, Hugo Chávez,
abrió el camino de la integración latinoamericana al crear en La Habana
de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado
de Comercio de los Pueblos (ALBA), esfuerzo que fue sumando otras
entidades como Petrocaribe, de amplia y positiva actividad en el campo
energético, complementada luego con la reestructuración de entidades
como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la formación de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR), y la fundación en 2011, en Caracas,
Venezuela, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), que por encima de innegables diferencias y características
propias de cada integrante, se desarrolla como un mecanismo de verdadera
representatividad regional.
Tantas cosas son fruto de la obra de
Fidel que no sería posible enumerarlas sin caer en el peligro de
imperdonables omisiones, bastaría referirse a la respuesta popular luego
de su muerte física cuando millones de gargantas gritaron “Yo soy
Fidel”, como garantía de una continuidad que existirá mientras quede un
cubano agradecido para empuñar sus banderas a cualquier costo.
Continuidad
que él fue capaz de prever en vida y de formar cuadros capaces de
llevar las riendas del país, con Raúl primero y con Miguel Díaz-Canel
después, en medio del recrudecimiento de los ataques del imperio, unidos
esta vez a una pandemia que amenaza con superar a las anteriores del
mundo.
El legado de Fidel, reiterado en su último discurso público y
recordado en vísperas del 94 aniversario de su natalicio, es el llamado a
la unidad del pueblo, a preservar los valores conquistados y
defenderlos cumpliendo su orden en los momentos de peligro de invasión,
de que la orden de combate está siempre dada y que la palabra rendición
no existe en el diccionario revolucionario.
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