lunes, 3 de agosto de 2020

Los malos solo se abren camino por entre las divisiones de los buenos


Orlando Guevara Núñez


Prolífera fue la obra periodística de nuestro Héroe Nacional en Estados Unidos. Allí, y en otros muchos países, escribió en importantes periódicos y revistas. Así, vio la luz, en La Nación, de Argentina, el 2 de diciembre de 1890, un artículo suyo, escrito el 11 de octubre anterior, en el cual aparece el aforismo aquí citado. 

Un acápite del escrito, el  último, está dedicado a las elecciones de Estados Unidos, con la obligada referencia a la enconada lucha por el poder entre los demócratas y los republicanos.

Y ya, como epílogo, habla de una agrupación de Partidos, la Liga Municipal del pueblo, con la esperanzas de vencer en Nueva York y elegir allí a su corregidor. Cataloga de hermoso ver en el mismo estrado a un orador de los obreros, junto a un brillante orador americano.

Dice que aspiran al triunfo ahora en las próximas elecciones, porque “el empuje de un pueblo irritado solo lo detienen sus propios errores. Y a continuación, el juicio de que los malos solo se abren camino por entre las divisiones de los buenos.

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