.Orlando
Guevara Núñez
El
presidente de los Estados Unidos, país auto proclamado campeón de la democracia
y los derechos humanos en el mundo, y la camarilla que lo secunda, cada se
descubren más en su verdadera faz: criminales, genocidas, mayores culpables de
que en el planeta que habitamos existan tantos millones de humanos sin
derechos.
Con
el afán de justificar sus agresiones contra Cuba, han acuñado la ridiculez de
que los médicos cubanos esparcidos por el mundo para salvar vidas, son esclavos,
víctimas de la trata humana. Ni ellos mismos se lo creen, pero aspirar a que
otros lo crean.
Ahora
resulta que los contribuyentes de los Estados Unidos tendrán que pagar otros
tres millones de dólares para “demostrar” que esa mentira es verdad. Y otra
medida más ridícula es amenazar a países donde exista la colaboración médica
cubana, presionarlos para que prescindan de ésta y aplicar sanciones a quienes
no se plieguen ante tamaño disparate.
A
este grupo no le interesa nada la vida humana. En su propio país son responsables
de que más de 100 000 personas hayan muerto de la Covid-19 y otros miles se
sumarán a esa dolorosa lista. Su único objetivo es seguir apegados al poder,
para garantizar que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más
pobres.
Por
eso, con la persecución y el odio contra Cuba, creen ganar votos. Ofenden a su
propio pueblo con esas medidas inmorales, absurdas y contrarias al derecho
humano más sagrado que existe: el de la vida. Cuba seguirá su política de
enviar profesionales de la medicina- bajo la más estricta condición de
voluntariedad, a los pueblos hermanos que soliciten esa ayuda.
Los
payasos de este circo imperialista no necesitan ensayar mucho ese número. Se lo
saben de memoria. Solo que cada vez son menos los espectadores dispuestos a
asistir a la función.
No hay comentarios:
Publicar un comentario