viernes, 26 de junio de 2020

El libro de Bolton: desde el título hasta el contenido, una desvergüenza al desnudo





.Orlando Guevara Núñez

Un colega me hizo llegar el texto del recién publicado libro  La habitación donde ocurrió, de John Bolton ex asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos. Lo primero es lo falso del título. En una habitación puede haber cosas buenas, regulares o malas. Pero allí, en el escenario que él describe, solo coexisten intrigas, planes de estrangulamiento, de saqueo, de crímenes, de chantajes. Por lo tanto, al libro le asentaría más el título de El matadero donde ocurrió.
Pero lo más abominable del testimonio de Bolton no está en el título. Lo aborrecible está en la crudeza de cómo  la Casa Blanca, autodenominada la campeona de la democracia y de los derechos humanos en el mundo, esta convertida hoy en un antro de hampones que se creen dueños del mundo y con su estúpida política ponen cada día al mundo al borde de un holocausto del cual ni ellos mismos saldrían ilesos.
Es indignante como este individuo, en una pretendida acusación a su antiguo amo, el presidente Trump, por haberlo destituido de su cargo, se está acusando él mismo. Y se vanagloria de decisiones que no compartió y recomendaciones suyas que no se cumplieron.
Tan desalmado como su amo, expone las medidas que no se cumplieron y por ese error ha podido resistir la Revolución bolivariana de Venezuela, cuando uno y otro pretendieron matarla, pero no acertaron cómo.
Sobre Cuba es igualmente brutal todo lo programado en esa habitación diabólica: las medidas para arreciar el bloqueo, impedir la llegada de petróleo, bloqueo al turismo, las remesas, los vuelos, junto a la ruindad de tratar de impedir la colaboración médica con los países que la han solicitado.
Cuba, Venezuela y Nicaragua son para ellos un eje del mal, al mismo tiempo que, con el mayor descaro del mundo, confiesan el papel servil de otros gobiernos para cumplir sus planes de desestabilización y agresión contra estos tres países.
Si la llamada comunidad internacional en algo fuera útil a la seguridad de las naciones, el libro de Bolton sería valioso para que el gobierno de los Estados Unidos fuera juzgado y sancionado por sus crímenes. Suficiente para que la ONU decidiera excluirlo de su Consejo de Seguridad, donde deben estar quienes defiendan la soberanía de los pueblos y no quienes los atacan y saquean; suficiente para que el Tribunal Penal Internacional lo sometiera a proceso por crímenes de lesa humanidad.
La Organización Mundial del Comercio, el Consejo de Derechos Humanos y otros mecanismos internacionales, no necesitarían otros argumentos para señalar y en consecuencia sancionar, al gobierno norteamericano como el más terrorista, el más criminal y agresor del planeta que habitamos.
Bolton no critica a Trump por el mal que ha hecho, sino por su incapacidad para hacer un mal mayor. Y una  realidad queda clara: lo único que ha frenado los desmanes norteamericanos, ha sido la decisión de algunas naciones a no doblegarse ante sus amenazas, sanciones y chantajes.
Y otra cosa importante revela el libro de Bolton: La podredumbre en la más alta esfera del gobierno yanqui. El aventurerismo, las más groseras violaciones de las normas internacionales, sus enfermizos propósitos de saqueo a otras naciones, su política de fuerza y su desprecio por la vida y el bienestar de los pueblos.
La habitación a la cual se refiere Bolton, podría ser calificada también como la Gran Carpa, donde un elenco de payasos ensaya cada día sus números, no precisamente para provocar alegrías, sino la muerte, el luto, el hambre, la miseria y el desamparo de millones de seres humanos en el mundo.
No he terminado de leer el libro. Aún así basta para condolerse de un pueblo cuyos gobernantes están desprovistos de los más elementales sentimientos humanos, de ética política, y solo utilizan sus cargos para apuntalar  sus más mezquinos intereses individuales.Gobernantes cuya arma principal es siempre la mentira. Y junto a la mentira, el crimen.

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