viernes, 30 de agosto de 2019

El talento, es el deber de emplearlo en beneficio de los desamparados




.Orlando Guevara Núñez

En un artículo titulado  La campaña electoral en los Estados Unidos, escrito en Nueva York, el 30 de agosto de 1888, y publicado en el diario La Nación, de Buenos Aires, el 11 de octubre de igual año, escribió  nuestro José Martí este enunciado.   Al  leerlo, viene a la mente su afirmación, en La Edad de Oro, de que "Tener talento es tener buen corazón".
Habla  sobre los candidatos, los oradores, sobre la lucha política, entre otros temas. Pero saca una conclusión:  “Y a lo que hay que ver es a que el favor sea para la mayoría de la nación, y no para los capitalistas privilegiados, que hallan siempre representantes que aboguen por su interés en el Congreso, y candidatos a la presidencia, como Blaine, que va con el viento de su fortuna, y aunque capaz de arranques grandiosos y de corazonadas populares, no pone su genio político al lado de los pobres, que no pagan bien, ni se combinan, ni tienen que defender más que esperanzas vagas, si no se apega a los encumbrados para que le encumbren” (…).
Plantea  otro criterio el expresar que el talento es deber… pues agrega que por ahí se miden los hombres. Solo es dueño  exclusivo de aquello que se crea. El talento viene hecho, y trae consigo la obligación de servir con él al mundo, y no a nosotros, que no nos lo dimos. De modo que emplear en nuestro beneficio exclusivo lo que no es nuestro, es un robo.
Igual concepto plantea sobre la cultura, perteneciente a la patria que nos la dio y de la humanidad, a quien heredamos.  Considera que “Es un ladrón el hombre egoísta. Es un ladrón el político interesado. Habla  también sobre lo oradores pagados, por uno y otro partido.  Y resume un criterio: Prosperan en los pueblos áridos los oradores de figuras. Y otro sobre las elecciones:  “Es duelo de oso y tigre”.

jueves, 29 de agosto de 2019

31 de agosto de 1967: sangre internacionalista derramada en Bolivia



.Orlando Guevara Núñez

El 31 de agosto de 1967, los integrantes de la Retaguardia del Comandante Ernesto Che Guevara, bajo el mando del Comandante Juan Vitalio Acuña Núñez (Vilo en Cuba y Joaquín en Bolivia) perdieron la vida en una emboscada en el vado de Puerto Mauricio, sobre el Río Grande, en tierra boliviana.
Desde el mes de abril, el pequeño destacamento se había separado del Che con el objetivo de proporcionar atención a combatientes en malas condiciones físicas, pero no había podido reintegrarse al principal núcleo guerrillero. De sus diez integrantes, nueve cayeron ese día.

El grupo lo integraban, además de Joaquín, Tamara Bunke Bíder (Tania)  alemana-argentina-cubana; Gustavo Machín  Hoed de Bech (Alejandro) cubano; Israel Reyes Zayas (Braulio) cubano; Apolinar Aquino Quispe (Polo) boliviano; Walter Arencibia Ayala (Walter) boliviano;  Freddy Maimura Hurtado (Ernesto o Médico) boliviano; Moisés Guevara Rodríguez (Guevara o Moisés) boliviano; Restituto José Cabrera Flores (Negro o Médico) peruano; y el único sobreviviente: José Carrillo (Paco) boliviano.

La traición de Honorato Rojas, un campesino de la zona, propició la emboscada. El traidor fue premiado por el entonces presidente de Bolivia, René Barrientos, con cinco hectáreas de tierra, en un lugar cercano a la ciudad de Santa Cruz. Allí creyó estar seguro, disfrutando lo medrado con su delación, hasta que la justicia revolucionaria le cobró el crimen, casi dos años después.

Sangre cubana, boliviana, alemana-argentina y peruana, tiñó ese 31 de agosto las aguas del Río Grande. Los restos de los caídos descansan hoy junto a su jefe, el Che, en tierra cubana, no como recuerdo de un pasado inútil, sino como expresión de un presente donde fructifican sus ideas.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Los malos solo se abren camino por entre las divisiones de los buenos




 .Orlando Guevara Núñez
Prolífera fue la obra periodística de nuestro Héroe Nacional en Estados Unidos. Allí, y en otros muchos países, escribió en importantes periódicos y revistas. Así, vio la luz, en La Nación, de Argentina, el 2 de diciembre de 1890, un artículo suyo, escrito el 11 de octubre anterior, en el cual aparece el aforismo aquí citado. 
Un acápite del escrito, el  último, está dedicado a las elecciones de Estados Unidos, con la obligada referencia a la enconada lucha por el poder entre los demócratas y los republicanos.
Y ya, como epílogo, habla de una agrupación de Partidos, la Liga Municipal del pueblo, con la esperanzas de vencer en Nueva York y elegir allí a su corregidor. Cataloga de hermoso ver en el mismo estrado a un orador de los obreros, junto a un brillante orador americano.
Dice que aspiran al triunfo ahora en las próximas elecciones, porque “el empuje de un pueblo irritado solo lo detienen sus propios errores. Y a continuación, el juicio de que los malos solo se abren camino por entre las divisiones de los buenos.

La fraternidad no es una concesión, es un deber




.Orlando Guevara Núñez


Con este postulado comienza Martí un artículo que tuvo espacio en la Revista Universal, de México, el 10 de junio de 1875. Se refería a la fraternidad entre los obreros.
Menciona a los artesanos laboriosos que padecen. Y que “cuando en apoyo de un principio justo emprenden una lucha enérgica a que no están acostumbrados, y que no tienen medios materiales para sostener; cuando la fraternidad tiende la mano en apoyo de una idea noble y justa, muy severa reprobación merecen aquellos que vuelven los ojos de la mano necesitada y apremiante que se ha tendido a los obreros para los hermanos sin trabajo, y que se ha cerrado sin que los obreros pongan en ella su óvulo sencillo, más valioso que la fuerza de unión que hubiera representado, que por los resultados prácticos que la modesta cantidad hubiese podido producir”.
Se refiere a la huelga de los sombrereros, y a una función en el Teatro Nacional, en su beneficio. Califica la huelga como “esta rebelión pacífica y necesaria, y alude  al “acto digno y firme con que el artesano que comienza a tener conciencia de su propio valer, se rebela contra el capitalista dominante,  no ya con dominio respetable de justicia y de razón, sino con el que protegido por la miseria de los obreros, en ella se apoya para hacerla todavía más miserable”.
Reitera la importancia y necesidad de que, ahora que los obreros inician esta nueva vía, no falte la fraternidad del resto de los trabajadores, incluyendo a los que en un futuro serán beneficiados con los resultados de las luchas de hoy.
Y vuelve sobre el concepto de que es triste que la mano de la fraternidad se haya cerrado, sin que los obreros hayan dejado en ella el óvulo de la buena voluntad. Y abandonen a quien deben proteger.

martes, 27 de agosto de 2019

Crítica es el ejercicio del criterio




:Orlando Guevara Núñez


Aún hoy, cuando de crítica hablamos, existen diferencias en la interpretación sobre su contenido. En su época, Martí supo definir un contenido que sitúa a la crítica en su justo medio. He aquí sus conceptos:
“Crítica es el ejercicio del criterio. Destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos. Criticar, no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no es consagrarse impíamente a escudriñar con miradas avaras en la obra bella los lunares y las manchas que la afean; es señalar con noble intento el lunar negro, y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella. Criticar es amar: y aunque no lo fuera, no está en que iniciemos época favorable a la agitación
y dura crítica; que en las horas de riesgo y de combate, cuando las penas de la lucha vienen y tintan el ánimo sereno, cuando no sobre firme tierra sino sobre arena movilísima, fresca a trechos y oscura, descansa el pie agitado, es ley suprema, urgente y salvadora la hermosa ley de amar”
Partiendo de ese mismo concepto, expresa al inicio: “A hacer crítica de los dramas de D. José de Echegaray se dice que he salido a esta tribuna. A hacer crítica viniera y no justicia, si por crítica debiera de  entenderse ese mezquino afán de hallar defectos, ese celo del  ajeno bien, ese placer del mal ajeno, huéspedes ciertamente indignos de pechos generosos”.
Estas consideraciones, aparecen en unos apuntes de José Martí para su discurso en el  Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, pronunciado el 21 de junio de 1879, sobre la obra dramática de José de Echegaray.