.Orlando Guevara Núñez
Hoy, 13 de agosto, el tributo de pueblo a Fidel, en
el aniversario 93 de su natalicio, está siendo muy sentido en el Cementerio
Patrimonial de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, donde se atesoran sus
cenizas.
Personas de todas las edades. Uniformes escolares
mezclados con los militares; obreros,
intelectuales, amas de casa, combatientes de la Revolución Cubana. En sus
manos, una flor para depositarla frente al monolito que –semejando un grano de
maíz- guarda la gloria de un hombre que ganó dimensión de pueblo.
Todo es solemnidad. Pero no se nota tristeza. Y es
que a Fidel lo recordamos siempre no por su muerte, sino por su vida. Cuando
uno se inclina para colocar la flor, no piensa en un hombre que pertenece al
pasado. Piensa en un hombre que nos sigue guiando. Y cada flor es un nuevo
compromiso de continuar engrandeciendo y defendiendo la Revolución cubana.
Sé que muchos cubanos hubiesen querido venir hoy
junto a la tumba de nuestro eterno Comandante en Jefe. No en señal de luto,
sino portando en el alma un vibrante himno que llama a los combates presentes y
los que están por venir.
Fidel estará siempre entre nosotros. En el pueblo
cubano. Por eso hoy, en cada flor, se simboliza el cariño de todos. Son flores
multiplicadas. Flores, como él, con dimensión de pueblo.
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