domingo, 30 de septiembre de 2018

Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio




 .Orlando Guevara Núñez
Un alegato de José Martí sobre la paz y la comprensión entre los hombres y los pueblos. Con este pensamiento concluye un escrito publicado el 3 de octubre de 1881 en  La Opinión Nacional, de Caracas, Venezuela, 
Estaba analizando la contienda  electoral que en Francia concluyó con victoria de los republicanos sobre el bonapartismo, Triunfo de la república contra la monarquía. Pero todo en una intensa lucha en la cual, los propios vencedores estaban enfrascados, por sus intereses, en pugnas internas.
Habla  sobre las reformas pretendidas por la República francesa, Pero afirma que sobre la cabeza de la Gloria, está siempre un puñal, a punto de caer.
Dedica espacio al tema de los problemas de Francia en el ámbito internacional: los atañen al  tratado con Inglaterra, la guerra de Túnez, sus posesiones en África, y el caso de Argelia, entre otros.
Todos esos conflictos, la intensa lucha entre hombres y naciones, son los que hacen apreciar a Martí que es hora de que el afecto se imponga al odio en el mundo. El ideal martiano aspira a que todas las naciones sean hermanas y se ayuden unas a otras

sábado, 29 de septiembre de 2018

El único modo de vencer el imperialismo en los pueblos mayores, y el militarismo en los menores, es ser todos soldados




 Orlando Guevara Núñez

En el artículo que expresa José Martí este pensamiento, comienza comentando sobre los estudiantes que terminan sus estudios y deben salir a enfrentarse a la vida. Está fechado en Nueva York, el 19 de agosto de  1889, y publicado en La Opinión Pública de Montevideo, Uruguay.  
Piensa en lo que habrán de hacer  esos jóvenes en el mundo en que viven. Y en ese contexto dice que  No hay pena de que no pueda consolar, ni crimen de que no pueda redimir, el gusto de ser útil”.  Ha señalado ya que “cada hombre que nace es una razón para vivir”
Hace votos no por los que van a las escuelas “ a ponerse en la frente una carrera” , sino a los que van” a hacerse de armas  para el combate de los hombres, o a ejercitar el alma, que pide luz y vuelo”.
Analiza el sentido de las universidades en Estados Unidos, las más favorecidas entre los ricos y son ellos los más favorecidos. Se refiere también al beneficio de que las mujeres se preparen como los hombres.
Evoca la necesidad de los hombres de unirse, en sus diversas profesiones,  para entrar en el mundo nuevo “con toda la savia y enseñanza de las sociedades viejas”. Afirma, por eso, que “Lo pasado es la raíz de lo presente. Ha de saberse lo que fue, porque lo que fue está en lo que es”.
Hace  Martí una descripción de la forma en que los distintos colegios  realizan sus fiestas de graduación. Y plantea que ser ciudadano de república es cosa difícil y es preciso ensayarse en ella desde la niñez. Sentencia que “ni la teoría de los héroes vale en el mundo lo que la de la asociación”. Y ejemplifica que “Un quintal le pesa mucho a uno: pero entre cien sale a libra por cabeza”
Hace mención de la diferencia del colegio de Cornell, con objetivos distintos a los de los pudientes. De allí menciona “el campamento donde, por condición del Estado, aprende a cargar el fusil todo el que carga un libro”. Y a continuación  escribe el pensamiento sobre el único modo de vencer el imperialismo.
En Cuba ha es una realidad ese pensamiento martiano, hemos vencido al imperialismo, porque somos un pueblo donde el ejército es el pueblo y el pueblo es el ejército. 

viernes, 28 de septiembre de 2018

Cuando otros lloran sangre, ¿qué derecho tengo yo para llorar lágrimas?



 .Orlando Guevara Núñez

Tenía José Martí solo 18 años cuando escribió estas palabras, Estaba ya deportado en España, en 1871 Pero su doloroso relato es sobre el presidio político en Cuba. Ese fue el titulo de su trabajo, un conmovedor   testimonio sobre la crueldad del colonialismo español en Cuba.
Con pocas palabras calificó Martí el carácter de este escrito: “Dolor infinito debía ser el único nombre de estas páginas”.
El  viejo Nicolás. El niño Lino. El negro Juan de Dios, con más de un siglo de edad.  El negrito Tomás, con solo 11 años. Ramón Alvarez, condenado cuando había vivido solo 14 años.  Delgado, el joven veinteañero que se suicidó. Otros. Martí sufría más el dolor por ellos que por el suyo.  “Son lágrimas negras que han filtrado mi corazón” Las torturas, el azote. Las llagas sangrantes. Los grilletes. El cólera. La viruela. Los lechos de piedra. Los muertos. El ensañamiento más bárbaro. El sufrimiento perenne. La orfandad de la piedad.
Pero ese sufrimiento no doblegó  la voluntad del casi niño José Martí. La fortaleció. “Yo no soy aquí más que una gota de sangre caliente en un montón de sangre coagulada (…) El desprecio con que acallo estas angustias vale más que todas mis glorias futuras, que el que sufre por su patria y vive para Dios, en éste u otros  mundos tiene verdadera gloria. ¿A qué hablar de mí mismo, ahora que hablo de sufrimientos, si otros han sufrido más que yo?
Todo cubano – y todo español- y todo ser humano honrado en el mundo, debía
conocer este documento. Esa degradación humana padeció Cuba, como castigo de España a la rebeldía y la dignidad de los cubanos.
La sentencia de Martí fue certera y firme: “España no puede ser libre. España tiene todavía mucha sangre en la frente”.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Los Comités de Defensa de la Revolución nacieron en pleno combate




 .Orlando Guevara Núñez


Aún recuerdo aquella noche del 28 de septiembre de 1960. Fidel había regresado a Cuba después de haber participado en la Asamblea General de la UNU, donde, dos días antes, había pronunciado un histórico discurso no solo en nombre de nuestro país, sino también de todos los pobras y explotados del mundo.
Y el pueblo habanero, en nombre de todos los cubanos, le tributó una gigantesca bienvenida  frente al entonces Palacio Presidencial. En medio del discurso, se escuchó la explosión de un petardo. La reacción del pueblo fue inmediata, con gritos y consignas de apoyo a la Revolución y de ¡paredón! para los agresores.
Fue el momento en que Fidel expresó  una idea que de inmediato se convirtió en  fuerza de pueblo:
 “Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva, ¡vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva!   Y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos del imperialismo, porque, en definitiva, nosotros vivimos en toda la ciudad, no hay un edificio de apartamentos de la ciudad, ni hay cuadra, ni hay manzana, ni hay barrio, que no esté ampliamente representado aquí”.
“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana y qué relaciones tuvo con la tiranía; y a qué se dedica; con quién se junta; en qué actividades anda.  Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar!, porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana,  para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe, y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse”
“Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo.  Y, por lo pronto, hay que dar nuevos pasos en la organización de las milicias; hay que ir a la formación, ya, de los batallones de milicias, zona por zona, en todas las regiones de Cuba, ir seleccionando cada hombre para cada arma e ir dándole estructura a toda la gran masa de milicianos, para que lo antes posible estén perfectamente formadas y entrenadas nuestras unidades de combatientes”.
En ese mismo momento nacieron los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). A todo lo largo y ancho del país, el pueblo se organizó y puso bajo control al enemigo. Nacieron  combatiendo, y desde entonces han sido un baluarte revolucionario. Por eso son los CDR tan odiados por el enemigo.
Al inicio fue la defensa su tarea única. Pero después fueron surgiendo otras: su participación en la salud, apoyo a las campañas de vacunación, donaciones voluntarias de sangre, audiencias sanitarias. Un apoyo decidido a la educación, en todos los niveles.
Millones de cederistas han apoyado la higienización y participado en el trabajo voluntario en la agricultura, la construcción y otras labores en todos los sectores de la economía.
Hoy, a 58 años de su nacimiento, puede afirmarse  que no ha existido tarea importante de la Revolución en lo económico, lo político, lo social y en la defensa, que no haya contado con  la valiosa y entusiasta participación de los Comités de Defensa de la Revolución, organización que agrupa ahora a más de 8 millones y medio de integrantes.
Fundados por nuestro eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro, los CDR siguen siendo baluartes invencibles, porque son el pueblo organizado y siempre dispuestos a defender la Patria, la Revolución y el Socialismo. Siempre dispuestos a seguir cumpliendo el legado fidelista de aquel memorable 28 de septiembre de 1960:  
¡No importa  que cualquiera de nosotros caiga, lo que importa es que esa bandera se mantenga en alto, que la idea siga adelante!, ¡que la patria viva!

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes




.Orlando Guevara Núñez

Con esa afirmación concluye  Martí su artículo dirigido al Director del diario venezolano  La Nación.  La carta está fechada en Nueva York, el 21 de febrero de 1883, y publicada por el citado periódico el 31 de marzo de ese igual año.
Dos temas principales se abordan en este escrito, anunciados como desgracias. Uno, el proteccionismo que va en detrimento de muchos productores nacionales. El otro, una devastadora inundación causante de destrucción y muerte; menciona a Luisiana y Cincinnati como arrasadas. Pero Nueva York centra su atención en el oro, en las riquezas, en los aranceles
Hace referencia a los aprietos del gobierno republicano, acusados de varias medidas desfavorables para el país y los productores, de las reformas prometidas. Hace alusión al partido de los demócratas, pero llega a una conclusión: “Todo apunta al menester supremo: sacar los negocios  públicos de manos de los que trafican en ellos”   De hecho plantea la interrogante de si los demócratas, logrado el triunfo harían gala mayor de independencia.
“La virtud –dice-  es presumible, cuando está del lado del interés, y solo en el ejercicio de la virtud reside  el triunfo”
Sobre quienes tienen la responsabilidad del gobierno, dice: “No puede ser representante honrado el que va al Parlamento lleno de gratitudes, y de mercedes recibidas, y de trata tácita o expresa  con el cacique que lo nombra. ¡Tales siervos no pueden ser los encargados de defender la libertad!
Al  final hace mención de personas para tener puestos los ojos en lo relacionado con los bienes públicos. Es en ese contexto que afirma la verdad de que los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes.