lunes, 30 de septiembre de 2019

3 de octubre de 1965: El nombre de Comunista y el primer Comité Central




.Orlando Guevara Núñez

El 3 de octubre de 1965 marca un hito en la historia de la Revolución cubana y de su máximo organismo de dirección política. Ese día, fue presentado el primer Comité Central, al tiempo que el Partido adoptó su nuevo y actual nombre: Partido Comunista de Cuba.
Ese hecho fue la culminación de un proceso de unidad revolucionaria de nuestro pueblo y de las principales organizaciones que habían combatido   a la tiranía hasta alcanzar la victoria del 1ro. de enero de 1959. Estas eran el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular.
Luego de proclamarse el carácter socialista de la Revolución el 16 de abril de 1961, y producirse la victoria de Playa Girón el 19 de ese propio mes, se dio un paso importante hacia esa unidad, al acordar estas  organizaciones su disolución –en el mes de junio- para fundirse en una sola: las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI).
En marzo de 1962 fue informada al pueblo la composición de la Dirección Nacional de las ORI, encabezada por Fidel y Raúl. El día 26 de ese propio mes, en una intervención pública, al analizar el funcionamiento de esa organización, Fidel criticó los métodos sectarios utilizados por algunos integrantes de la dirección, que minaban el funcionamiento y su prestigio ante las masas.Comenzó entonces la reestructuración de las ORI y la construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC)  bajo el principio de que fueran las masas quienes seleccionaran la cantera para los futuros militantes. El PURSC, con Fidel y Raúl al frente, existió hasta la señalada fecha de octubre de 1965.
El primer Comité Central electo tuvo a Fidel como Primer Secretario y a Raúl como Segundo Secretario. De ese primer órgano, integrado por 100 miembros, diría su máximo dirigente:
“No hay episodio heroico en la historia de nuestra patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza —lo mismo militar que civil— heroica o creadora, que no esté representada”.
En esa ocasión tuvo lugar otro hecho trascendente, cuando Fidel dio lectura a la carta de despedida del Che para marchar hacia otras tierras del mundo que reclamaban el concurso de sus modestos esfuerzos.
También se acordó la fusión de los periódicos Hoy y Revolución en uno solo: Granma, como Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Hoy nuestro Partido, el único que queremos y necesitamos los cubanos, sigue trazando el camino de la Revolución, y, bajo la dirección de Raúl, engrandece el camino desbrozado por Fidel. Es el Partido de todo el pueblo.
Y continúa  haciendo  honor al honroso nombre que lo sigue identificando: ¡Comunista!

domingo, 29 de septiembre de 2019

Comienza a ser desventurado un pueblo que comienza a ser desagradecido




.Orlando Guevara Núñez

La forma irreverente en que se recuerda en Estados Unidos  a Washington  motivan estas palabras de Martí, expresadas en un artículo publicado por el periódico La Opinión Nacional, de Venezuela, el 22 de marzo de 1882. Había sido escrito 18 días antes, en Nueva York. 
Se duele nuestro Apóstol de que el 22 de febrero de ese año, al cumplirse el aniversario 150 del natalicio del prócer, ante su estatua se pusieron “raquíticas guirnaldas y menguadas coronas” llevadas por soldados piadosos, cuando debieron   ir los padres con los hijos, y doncellas con flores frescas y banderas al aire y con las manos llenas de besos las niñas de la ciudad.
Reseña cómo ese día  se cierran tribunales, escuelas y otros servicios y es día de fiesta, hay discursos, banquetes, cuando, en esa fecha, debiera venir toda la ciudad a rendir homenaje al héroe.
“Es aquí ese aniversario día de suerte y paseo, mas no de reverencia”, afirma, puntualizando que otras voces, en círculos estrechos sí rinden merecido homenaje a aquel que “no odió ni ambicionó, ni engañó, ni quiso ser más que caballero de la virtud, conquistador de la libertad, y soldado cristiano”

sábado, 28 de septiembre de 2019

Los CDR viven, porque ellos son el pueblo




.Orlando Guevara Núñez
El 28 de septiembre de 1961- al conmemorarse el primer aniversario de la constitución de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) el Comandante en Jefe Fidel Castro, habló a miles de integrantes de esta organización en la capital cubana. 
Habló sobre el trabajo de vigilancia revolucionaria desarrollado frente a las actividades contrarrevolucionarias. Y ofreció datos importantes, como el de que existían ya, solo en La Habana, 30 000 Comités de Defensa de la Revolución. Y 107 000 en todo el país. Cada uno con el mínimo de diez personas, y otros hasta 100.
Refiriéndose al fracaso de los enemigos, afirmó que:
“Ellos quizás no se dieron cuenta cabal, y es posible que solo a fuerza de fracasos y de reveses lo aprendan, que no es lo mismo luchar, que no es lo mismo la lucha de un pueblo explotado, contra la minoría privilegiada y explotadora, que la lucha de la minoría cuando el pueblo está en el poder, la lucha de la minoría explotadora por arrebatarle al pueblo los derechos que ha conquistado”
“Era imposible que los gusanos y los parásitos pudieran moverse si el pueblo, el pueblo, que sabe demasiado bien quiénes son los gusanos y quiénes son los parásitos, los vigilaba por sí mismo.  Y eso era con lo que no había contado el imperialismo, eso era con lo que no había contado la Agencia Central de Inteligencia yanqui.  Con lo que no había contado es que frente a sus propósitos criminales, frente a sus propósitos contrarrevolucionarios, iba a encontrarse un pueblo vigilante.  Y esa es otra de las lecciones que el pueblo de Cuba le ha dado al imperialismo”.
“Así, para el pueblo, en la Revolución lo más importante es estar organizado.  Cada hombre y mujer del pueblo, cada joven y hasta cada niño, cada anciano, debe estar organizado.  El ciudadano aislado, por grande que sea su patriotismo, por grande que sea su fervor  revolucionario, carece de fuerza; carece de eficacia; la Revolución no puede contar con las personas aisladas.  La Revolución debe contar, y solo podrá contar siempre, con las personas organizadas”.
En esa ocasión, Fidel planteó nuevas tareas a los CDR. Y anunció la erradicación de los casinos de juego, y la prostitución no combatiendo a las mujeres que la ejercían, sino ayudándolas mediante la educación y el trabajo honrado. Y castigando a los proxenetas que vivían de la explotación de las mujeres.
Ahora, los CDR agrupan a más de 8 000 000 de cubanos. Y durante estos 59 años de vida, han dejado su huella de trabajo en todos los frentes de la Revolución. Y continúan haciendo crecer y defendiendo la obra revolucionaria. Porque, sencillamente, los CDR son el pueblo.

viernes, 27 de septiembre de 2019

Comités de Defensa de la Revolución: fieles al legado de Fidel




.Orlando Guevara Núñez

Aún recuerdo con nitidez aquel 28 de septiembre de 1960. Yo era obrero agrícola. Recién comenzaba mi vida laboral. Pero ya, como parte del pueblo cubano, sufría las agresiones del imperialismo norteamericano. Y también como parte de ese pueblo, estaba dispuesto a defender la Revolución.
Todos esperábamos que Fidel regresara de los Estados Unidos. Habíamos escuchado su discurso en la ONU, dos días antes. El pueblo habanero, en representación de todos los cubanos, estaba preparado para recibirlo.
Escuchamos sus palabras en el acto de bienvenida. Y recordamos el episodio cuando, en medio de su discurso, estalló un petardo. La contrarrevolución, pagada por el imperio yanqui, creyó amedrentar al pueblo. Pero nadie se movió de sus puestos. La reacción fue de indignación. Y la agresión multiplicó el coraje popular. Gritos de ¡Paredón! y la consigna ¡Venceremos! fueron seguidos por Nuestro Himno Nacional, en impresionante coro.
Fidel, interpretando el sentir del pueblo, expresó palabras con fuerza de presente y de futuro.
“Pero, ¡qué ingenuos son!  Si cuando tiraban bombas de 500 libras y hasta de 1 000 libras que decían "Made in USA", no pudieron hacer nada, ni cuando tiraban bombas de cientos de libras de napalm, pudieron tampoco hacer nada; y a pesar de sus aviones, sus cañones y sus bombas, los casquitos se tuvieron que rendir  y no pudieron tomar la Sierra Maestra, ni pudieron librarse de los cercos, ¿cómo van a avanzar ahora detrás de los petarditos?  Son los gajes de la impotencia y de la cobardía.  ¡Cómo van a venir a impresionar al pueblo con petarditos, si el pueblo está aquí en plan de resistir, no ya los petarditos, el pueblo está en plan de resistir lo que tiren o lo que caiga, aunque sean bombas atómicas, señores! “
Otro petardo. Pero la explosión de dignidad popular tuvo entonces una magnitud mayor.  Y otra vez las palabras de Fidel que marcarían un hito en la historia de la Revolución cubana.
“Estos ingenuos parece que de verdad se han creído eso de que vienen los "marines"  y que ya está el café colado aquí.  Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva, ¡vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva!   Y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos del imperialismo, porque, en definitiva, nosotros vivimos en toda la ciudad, no hay un edificio de apartamentos de la ciudad, ni hay cuadra, ni hay manzana, ni hay barrio, que no esté ampliamente representado aquí.  Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana y qué relaciones tuvo con la tiranía; y a qué se dedica; con quién se junta; en qué actividades anda.  Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar!, porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana, para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe, y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse”.
Desde esa misma noche, en toda Cuba, comenzó el pueblo a organizarse. Acababan de nacer, en el rigor de la lucha, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Han pasado 59 años y hoy esta organización continúa su combate frente al enemigo. Solo que ahora más fuerte, con más de ocho millones de cubanos en sus filas. No ha habido combate, tarea política, económica o social, en que la acción de los CDR no haya tenido un rol importante. Por eso son tan odiados por el enemigo; por eso tan queridos por nuestro pueblo. Y aquí siguen, como advertencia de que continúan fieles a las palabras con las cuales Fidel concluyó su discurso aquel memorable 28 de septiembre.
¡No importa, no importa que cualquiera de nosotros caiga, lo que importa es que esa bandera se mantenga en alto, que la idea siga adelante!, ¡que la patria viva!

En nuestra América no puede haber Caínes. ¡Nuestra América es una! José Martí





.Orlando Guevara Núñez
El concepto de una sola América fue sostenido por José Martí en toda su prédica revolucionaria. El vislumbró desde muy temprano esa necesaria unidad, y alertó sobre los peligros que amenazaban con la división entre sus pueblos, y sobre el acecho del naciente imperialismo norteamericano, sediento de expansión y dominio sobre ellos.
En más de una ocasión criticó las divisiones internas entre pueblos hermanos, lo que, indudablemente, los conducía a la vulnerabilidad, tanto en lo político como en lo económico.
Fue bajo ese prisma que escribió, el 3 de mayo de 1890, en Nueva York, un artículo titulado Congreso de Washington, publicado el siguiente 15 de junio en el diario argentino La Nación.  En ese evento se discutía la aprobación de un proyecto  que autorizaba  el derecho de conquista de un pueblo sobre otro, bajo el amparo de “sentirse ofendido”.
Argentina, Bolivia, México,  Colombia, Perú, Paraguay, Brasil,  a favor de eliminar el derecho de un pueblo sobre otro. Y todos convenían en la firma del acuerdo. Pero Estados Unidos se negó a firmar el proyecto mediante el cual se eliminaba para siempre el derecho de conquista, Y ante la presión de los pueblos, propuso que la censura fuera por un término de 20 años.
En ese momento la unidad se impone. Martí enfatiza la forma en que los pueblos de América dijeron ¡Sí!  al  proyecto. Chile se abstuvo. Y un solo ¡No!, el del gobierno de los Estados Unidos. Sería este gobierno, a la larga, el mayor violador de este acuerdo de los pueblos de América.
Hoy, nuevos caínes  se unen al mismo gobierno que ha sido el enemigo de siempre de todos los pueblos de nuestra América. El llamado Grupo de Lima, es madriguera de estos reptiles, de marionetas que claman por el derrocamiento de la Revolución Bolivariana en Venezuela. Traidores a sus propios pueblos. Dos casos resaltan por su agresividad: Brasil y Colombia.
No han vacilado en apoyar, contra un pueblo hermano, al Norte revuelto y brutal que los desprecia, como señalara Martí.
Pero Venezuela resiste y triunfa. Y los nuevos Caínes, no tendrán más remedio que revolcarse en su propio estiércol. Ya llegará el día en que sus pueblos, asqueados de tanta sumisión al imperio y  deslealtad de estos gobernantes, les exijan cuentas.