. Orlando Guevara Núñez.
Este 6 de junio, como todos
los años, nuestro pueblo resume el homenaje que han sabido ganarse nuestros
combatientes del Ministerio del Interior (MININT) todos los días con su abnegado trabajo en la
construcción y defensa de la Revolución.
Cuando nació esta institución
armada cubana, estaban todavía frescas las huellas de la invasión mercenaria de
Playa Girón y no se había apagado el eco de los disparos con los cuales nuestro
pueblo firmó la primera derrota militar del imperio norteamericano en América.
Nuestro Ministerio del
Interior surgió en el momento histórico en que la unidad revolucionaria tuvo un
hito decisivo, al unirse en una sola organización las tres fuerzas
fundamentales que habían encabezado la lucha contra la tiranía batistiana, hecho antecedente de nuestro actual Partido
Comunista de Cuba.
Desde su nacimiento, sus órganos y combatientes tuvieron que
forjarse en una lucha directa frente a la tenebrosa Agencia Central de
Inteligencia de los Estados Unidos, la CIA, en cuya acción depositaron inicialmente los mandatarios yanquis y la
contrarrevolución interna sus esperanzas para derrotar a la Revolución.
La historia forjada por el
MININT ha sido de un intenso quehacer,
de dura, pero exitosa acción contra las organizaciones y grupos reaccionarios
internos, contra las bandas de alzados organizadas, armadas y dirigidas por la
CIA y el gobierno norteamericano. Fue decisiva la acción de nuestro Ministerio
del Interior en la penetración y destrucción de esas bandas, en la aniquilación
de las infiltraciones enemigas en territorio cubano, así como también en el
descubrimiento y frustración de cientos de atentados contra los dirigentes
cubanos y de sabotajes que atentaban
contra la vida de los obreros, de la población civil y de importantes recursos
de la economía.
Fieles en todo momento a la
Revolución, a Fidel, a Raúl, al Partido y al pueblo que siempre ha tenido en él un escudo protector y un baluarte
inclaudicable de su defensa.
Muchos combatientes han
perdido la vida en misiones entre el enemigo, haciéndose pasar como traidores a
la Patria, sin ni siquiera recibir, en
ese momento, el homenaje de nuestro pueblo. A ellos también dedicamos hoy los
cubanos nuestro recuerdo y nuestro homenaje,
y nos inclinamos ante sus tumbas y su recuerdo, ofrendándoles el cariño y el
respeto de un pueblo que les ha asignado un sitial de honor en lo más alto de
su historia combativa y revolucionaria.
Otros, como Gerardo, René, Ramón,
Antonio y Fernando, guardaron, durante
varios años, injusta prisión en cárceles
norteamericanas. Los acusaron falsamente de espías, aunque está demostrado que
nunca ninguno de ellos obtuvo ni trató de obtener información sobre ese
gobierno, ni atentó contra la seguridad de ese país, ni contra la vida de
nadie. Lucharon, eso sí, contra grupos terroristas que desde el
vientre de ese imperio actuaban y siguen actuando con toda impunidad y
protección para agredir a Cuba.
El enemigo imperialista y la
mafia contrarrevolucionaria odian con toda la irracionalidad del mundo a
nuestro Ministerio del Interior. Lo ven como una pesadilla. Por eso, entre sus
medidas primeras tras un pretendido y soñado derrocamiento de la Revolución,
está la de eliminar este órgano y sustituirlo por una policía organizada y
asesorada por ellos, al estilo de los cuerpos
represivos existentes antes del 1ro. de enero de 1959, causantes de los
más bárbaros crímenes contra la población cubana.
Es un odio que lejos de
ofender y manchar, enaltece y honra a los combatientes del Ministerio del
Interior. Los enemigos de la Revolución tienen muchas razones para odiarlos,
pero siempre serán menos que las que tiene nuestro pueblo para quererlos y
admirarlos.
A lo largo de estos años de existencia, las responsabilidades y la
obra del Ministerio del Interior no han dejado de crecer en magnitud, en
profesionalidad y entrega. Siempre como guardián de los intereses del pueblo no
solo frente a las actividades enemigas, sino también en otros frentes y tareas
importantes, entre éstas las relacionadas con el tránsito, contra incendios, contra drogas, carné de indentidad y orden público.
Hoy, cuando en muchos países
del mundo, incluidos los Estados Unidos, se reconoce, se aplica y se justifica
la tortura contra los prisioneros, Cuba puede decir con orgullo que jamás se ha
utilizado la violencia contra los detenidos, ni se ha usado la tortura como
medio para obtener información. Esa ética nació junto a la lucha
revolucionaria, se desarrolló en la Sierra Maestra y ha sido practicada sin excepción frente a los
más connotados enemigos y los más graves hechos contra nuestra Revolución.
Entre otras tareas que no
pueden dejar de mencionarse en este significativo aniversario, está la atención
al sistema penitenciario, sin igual en el mundo, no solo por
el respeto a los sancionados, sino también por la promoción de la superación cultural, sus
vínculos familiares, trabajo remunerado y una reeducación que en muchos casos
conduce a la rebaja de las condenas y a la reintegración a la sociedad, como
personas útiles.
Sólo un pensamiento basado en
la confianza sin límites en el ser humano, es capaz de generar ideas de tan
alto contenido ético, moral y revolucionario.
En los casos de desastres
naturales, ahí, en la primera línea de peligro para proteger la vida de la
población, han estado nuestros combatientes del MININT.
Junto a nuestras Fuerzas
Armadas Revolucionarias y al pueblo, han
escrito los combatientes del MININT las
más brillantes páginas en la historia del internacionalismo proletario,
respondiendo al llamado del Partido, de Fidel y de Raúl, para ayudar a pueblos
hermanos a preservar su independencia
frente las agresiones del imperialismo internacional.
Sangre de muchos combatientes
del Ministerio del Interior, se derramó en esas gloriosas misiones, donde
nuestro pueblo ratificó el legado martiano de que Patria es humanidad.
Los intentos imperiales de
destruirnos, se estrellan contra la voluntad, la capacidad y la
convicción de nuestros combatientes del MININT. Por eso
al rememorar la fundación del
Ministerio del Interior, los cubanos suscribimos una vez más las palabras del Comandante en Jefe Fidel
Castro, evocadas por el compañero Raúl:
“Mientras exista el
imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo, prestarán a los servicios de
la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará
jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este
principio no sobreviven al error”.
Por eso este 6 de junio para todos los combatientes del MININT, el
abrazo fraterno y la confianza
multiplicada de todo un pueblo que siempre tendrá con ellos una trinchera
compartida.
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