.Orlando Guevara Núñez
La noche del 2 de noviembre
de 1976, Santiago de Cuba fue escenario
de un hecho histórico: la elección del Comandante en Jefe Fidel Castro como
Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por este territorio.
Con palabras muy
emotivas, ante los delegados que lo
eligieron, el máximo líder cubano relató impresiones suyas acerca “Del
Santiago heroico, desde la época del 68, del Santiago revolucionario, del
Santiago siempre rebelde, del Santiago que fue cuna de estirpes como la de los Maceo. Del Santiago en cuya tierra
descansan los restos de Martí, del Santiago del 26 de julio, del 30 de
noviembre, del 1ro. de enero”
Y un sentimiento personal
sobre esta ciudad afloró en Fidel: “Para
nosotros, Santiago significa mucho. Personalmente, la primera ciudad que vi en
mi vida fue Santiago, todavía me
recuerdo, no sé si tenía cuatro o cinco años”.
“Santiago está vinculado
estrechamente a nuestra vida revolucionaria. Primeramente por una especie de
intuición política: siempre me pareció muy cívica, muy combativa, muy heroica.
Después, cuando estudié la historia de Cuba, adquirí conciencia plena de lo que
valía esta región del país y esta ciudad, y fue por ello, cuando los amargos y
tristes días que siguieron al golpe de estado de 1952, que nosotros tuvimos la
convicción de que si existía un escenario adecuado para iniciar la lucha revolucionaria, ese escenario era Santiago de
Cuba, y la historia lo confirmó en el apoyo al movimiento revolucionario de esta
ciudad, aún en aquellos días en que el triunfo parecía tan distante”.
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