.Orlando Guevara Núñez
Es explicable que el presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, no tenga tiempo para preocuparse porque la cifra de muertos por
la Covid-19 se incremente cada día en miles en su país. Ni por las crecientes
protestas internas contra el racismo y la represión. Ni por los millones de
norteamericanos sin acceso a la salud ahora, cuando más lo necesitan.
Es explicable. Porque el mandatario yanqui, está muy
ocupado en otras cuestiones para él de primer orden. En primer lugar, fabricar
mentiras y argumentos falsos para atacar a Venezuela y destruir a la Revolución
bolivariana. También en primer lugar, en férreo empate, con la misma arma de la
mentira y falsos argumentos, el recrudecimiento
del genocida bloqueo a Cuba, la estúpida campaña contra los médicos
cubanos y el sueño, convertido en pesadilla, de borrar del mapa la Revolución y
el socialismo en nuestro país y más allá.
Desde Eisenhower hasta Trump- a veces ladrando menos,
pero mordiendo igual- todos los
gobiernos yanquis – lo mismo Demócratas que Republicanos- han tenido respecto a
Cuba los mismos sueños, los mismos propósitos y han terminado en los mismos
fracasos.
Y el actual presidente no romperá esta regla. Así ha sido
durante 60 años y así seguirá siendo. A muchos de esos presidentes, iniciadores
y seguidores de tan descabellada y brutal política anti cubana, ni siquiera su
propio pueblo los tendrá en su lista de recordados. Aquí sus nombres y
filiación.
Dwight D. Eisenhower, republicano; John F,
Kennedy, demócrata; Lyndon B. Johnson,
demócrata; Richard Nixon, republicano; Gerald Ford,
republicano; Jimmy
Carter, demócrata; Ronald Reagan,
republicano; George W Bush, republicano; Bill Clinton, demócrata; George W.
Bush, republicano; Barack Obama, demócrata.
En todos
esos gobiernos ha permanecido el bloqueo, se han dictado más leyes
criminales, no ha cesado el hostigamiento, la mentira ha ocupado el lugar de
la verdad. Los intentos de destruir la Revolución no han menguado. En algunos
momentos, buscando esa muerte de forma menos drástica, pero muerte al fin.
Y aquí
estamos. De pie. Ya los antecesores de Trump pertenecen al pasado. También él
se unirá a ellos. Y la Revolución cubana sigue siendo presente. Y también
futuro. La revolución bolivariana de
Venezuela nos acompaña en la misma senda.
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