.Orlando Guevara Núñez
Una de las principales formas del gobierno de los Estados
Unidos, para tratar de dominar a otras naciones e imponerles lo que deben
hacer, es la fabricación de enemigos. Y – poniendo como pretexto su seguridad
nacional- engaña hasta a su propio pueblo.
Los ejemplos no cabrían ni siquiera solo mencionándolos,
en un artículo periodístico. Cuba ha sido acusada de ser un peligro para esa
seguridad nacional. Ahora lo está siendo Venezuela, por solo mencionar dos
casos. Y para hacer creer esa mentira, como razones no tiene, tiene la
necesidad de continuar mintiendo.
Solo con mentiras y engaños, trata de justificar las
agresiones a estas dos naciones. Al
mismo tiempo, otros gobiernos, como
China, Rusia, Corea del Norte, Irán y Nicaragua, han sido blancos de estas
patrañas imperiales. Y en tiempos electorales, las burdas campañas crecen.
La actual administración
yanqui está demostrando, en la
realidad, que el mayor enemigo de la seguridad de Estados Unidos es su propio
presidente y el grupo que lo secunda en tan descabellados intentos. Trump ha
tenido en varias ocasiones el desatino de poner al mundo al borde de un
holocausto nuclear. Y no ha tenido en cuenta que llegado ese momento, sería el mayor
peligro para su propio pueblo, que no saldría ileso, y pagaría la irresponsabilidad del hombre que
eligieron para que lo representara.
Pero si un hecho es más demostrativo de esa verdad, es lo
que sucede hoy con la pandemia en ese país. Trump lo supo con tiempo para
enfrentarla, pero su egocentrismo, su arrogancia, su ignorancia e
incompetencia, lo condujeron a mirar más para sus bolsillos y los de otros
millonarios, que para la seguridad y la vida del pueblo. Y aún en medio del
desastre que le ha costado ya casi la terrible cifra de casi 25 000 000 muertos
a su pueblo, Trump sigue amenazando, incentivando guerras, sancionando, mintiendo.
Ninguna de las naciones mencionadas como enemigas ha
hecho ni hará nada para atentar contra la seguridad de los Estados Unidos. Pero
el gobierno de este país, con sus agresiones y amenazas, si la pone en riesgo.
Triste el pueblo, como ese, cuyo gobierno, para mantenerse, necesita de robar a
otras naciones para sostenerse.
Algún día, el pueblo norteamericano será el propio juez
del Hitler de estos tiempos. Y comprenderá quien es el más peligroso enemigo de
su seguridad. Ojalá no sea demasiado tarde.
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