El ideal martiano está aquí claramente expresado: la libertad para todo el mundo, para la humanidad completa. En muchas otras ocasiones expresó ese deseo de redención, de paz y progreso, sin que unos hombres fueran dueños de otros. Sin desigualdades sociales, ni discriminación. Con respeto a los derechos y la dignidad del hombre.
En toda su obra defendió los sagrados principios de la libertad. Y no solo la libertad en Cuba, sino en América y para todos los seres humanos. Denunció los oprobios, la esclavitud, y llamó por su nombre a los opresores. Y por ese ideal ofrendó su vida.
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