.Orlando Guevara Núñez
Una de las grandes patrañas de la propaganda capitalista
es, sin dudas, el de la libertad de prensa. En realidad, ese derecho estaba
reservado en Cuba para los medios de comunicación subordinados a la dictadura.
Un ejemplo acusador lo encontramos en Santiago de Cuba, a raíz de la bárbara
represión del 19 de abril de 1956 que dejó 17 estudiantes heridos.
Al día siguiente, comandos revolucionarios dirigidos por
Frank País García, salieron a la calle y ajusticiaron a tres esbirros de la
tiranía. A raíz de esos acontecimientos, creció la represión contra la
población.
El día 23 de ese mes, agentes de la policía batistiana
llegaron violentamente a la emisora provincial santiaguera CMKC, procediendo a
desalojar a los trabajadores, interrumpieron las transmisiones y clausuraron
por tiempo indefinido la casa radial.
En esos días, tanto en Santiago de Cuba como en La
Habana, varias personas son detenidas y juzgadas por la tenencia de propaganda
clandestina.
Como se conoce, el 29 de abril de ese año se produjo en
Matanzas el ataque al cuartel Goicuría, por un grupo alistado a los auténticos.
A partir de ese hecho, además de suspenderse las garantías constitucionales, se
estableció la censura de prensa en todo el país.
A esa situación represiva, se unió el despliegue policial
en La Habana, con el objetivo de actuar
contra cualquier intento obrero de salir en manifestación por el Primero de
Mayo.
Esas eran las “libertades” de prensa y de opinión que
teníamos los cubanos antes del triunfo revolucionario del 1ro. de enero de
1959.
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