.Orlando Guevara Núñez
Hablaba Martí sobre
la Francia de 1882. El artículo donde expresa ese pensamiento fue
escrito el 23 de mayo de ese año, y publicado en La Opinión Nacional, de
Caracas, Venezuela.
Trata sobre un debate
parlamentario, promovido por una persona a quien menciona como Naquet,
relacionado con dos temas: el divorcio y
los juegos de azar. El abogado de profesión defiende que el divorcio vuelva a
ser institución francesa, es decir, que sea autorizado.
Apunta que las mismas
Cámaras que desde años atrás se reían de él, ahora lo aplauden. Cita el criterio de Naquet de que en Francia el
matrimonio es mero tráfico de dotes o enlaces
de mutua conveniencia, carentes del verdadero amor. Y recuerda también una afirmación del citado
personaje: “Elegid entre el divorcio que os intimida, o el adulterio que os
envilece” Y cuándo sus adversarios le preguntaban sobre los hijos, afirmaba:
“Vale más vivir en la compañía de padrastros indiferentes que de padres
impuros”.
Sobre el juego de la Bolsa o
los de azar, Afirma “en las almas hay
dos huéspedes: el deber pigmeillo; y el apetito, voraz gigante. Y que uno es el objeto de los
hombres: improvisar riquezas. Y buscan
conseguirlas por vías del azar, ya que no podrían logarlas con el fruto honesto
del trabajo.
Se suma Martí al criterio
de Noquet sobre la necesidad de poner freno a esos
juegos de la Bolsa, donde muchos accionistas pierden su dinero, y otros juegos
de azar que absorben los ahorros de los pobres y priva al país de trabajo
personal y creador.
Se refiere a las pugnas
internas en las Cámaras francesas. Y se
encamina la lucha contra quienes luchan por un mundo nuevo. Es cuando afirma
que cuesta mucho trabajo alzar un mundo de las ruinas y se ha de hacer despacio lo que ha de durar mucho. Termina diciendo que
“En pueblos, solo edifican los que
perdonan y aman (…) y el odio no
construye”.
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