.Orlando Guevara Núñez
Este 4 de diciembre se cumplen dos años de que las
cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro fueron depositadas en el cementerio
de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. Y a este lugar, cada día, muchas
personas, cubanas y extranjeras, acuden a rendirle tributo de recordación y
respeto al hombre que cambió el curso de
la historia para el pueblo cubano.
Jefe del asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de
Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de julio de 1953; jefe de
la expedición del yate Granma, que desembarcó en la costa sur oriental, el 2 de
diciembre de 1956, para reiniciar la lucha armada contra la tiranía batistiana.
Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, en la Sierra
Maestra, hasta lograr el triunfo definitivo de la Revolución, el 1ro. de enero
de 1959. Constructor del primer estado socialista del continente
americano; conductor del pueblo cubano
en su lucha contra el imperialismo norteamericano; máximo inspirador de las
misiones internacionalistas cubanas.
Ahora, a dos años de su desaparición física, es más
palpable la afirmación de José Martí de que la muerte no es verdad cuando se ha
cumplido bien la obra de la vida. Porque Fidel sigue dirigiendo con sus ideas,
al pueblo que forjó. Y ante su eterna presencia, como ayer, como hoy y como mañana, el pueblo
santiaguero, en nombre de todos los cubanos, acudirá ante su tumba para
decirle: ¡Comandante en Jefe, ordene! Su pueblo, ¡seguirá cumpliendo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario