.Orlando Guevara Núñez
Cuando José Martí expresó
estas palabras, se estaba refiriendo a un hombre español. Su nombre: Mariano
Balaguer. Su delito, por el cual tuvo que irse de La Habana para El Cayo: que
durante un banquete de españoles alzó su
copa e hizo un brindis inesperado y, desde luego, inaceptable: “Por un hombre
bueno y liberal, por Carlos Manuel de Céspedes”
Martí ejemplifica que en
Cuba y Puerto Rico los dos campos son esos: españoles, y criollos del alma
autocrática española están de un lado, con letreros diversos más o menos
liberales, que no son más que disimulo de la parcialidad y arrogancia de sus
almas; y los cubanos y los naturales de España que bajo ella ven ofendidas sus
almas libres, ésos como el español Mariano Balaguer (…)
El escrito de Martí sobre
este tema, fue publicado en el periódico Patria el 16 de abril de 1892, con motivo de la muerte
de Mariano Balaguer. Y dice que vivió junto a los cubanos en El Cayo durante 20
años, lo que hace presumir que
el brindis referido tuvo
lugar en 1872 cuando –como se señala- el país estaba en guerra. El título fue: Un español.23
Quedan claros los dos campos
del mundo definidos por nuestro Apóstol. Cubanos que sirven a España y
españoles que sirven a Cuba.
Pero otra definición hace
Martí sobre los hombres cuando dice que todo hombre de justicia y honor pelea
por la libertad donde quiera que la vea ofendida, porque eso es pelear por su
entereza de hombre: y el que ve la libertad ofendida, y no pelea por ella, o
ayuda a los que la ofenden, no es un
hombre entero. Las cinco palabras finales del escrito, resumen el pensamiento
de Martí: Los españoles buenos, son
cubanos
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