miércoles, 5 de enero de 2022

Mejor es evitar la enfermedad que curarla. La medicina verdadera es la que precave


Orlando Guevara Núñez

Se está refiriendo  nuestro  Apóstol, en este caso, no a la salud humana –aunque el tema tiene relación- sino a la salud de los bosques. Su artículo fue titulado Congreso Forestal, publicado en el periódico La América, Nueva York, en septiembre de 1883. . Hace alusión a un reciente congreso sobre  ese tema, celebrado en Estados Unidos. Señala que ese evento tuvo como antecedente  los pasos dados en México  en igual sentido.

“He aquí –señala- una cuestión vital para la prosperidad de nuestras tierras, y el mantenimiento de la riqueza agrícola. Muchos no se fijan en ella, porque no ven el daño inmediato. Pero quien piensa para el público, tiene el deber de ver en lo futuro, y de señalar peligros”.

Y alerta sobre las consecuencias. “Comarca sin árboles, es pobre. Ciudad sin árboles, es malsana. Terreno sin árboles, llama poca lluvia y da frutos violentos”. Analiza el panorama forestal de los pueblos de América, donde “cruel y locamente se cortan sus magníficos bosques de maderas ricas” y donde  casi en parte alguna se resiembra lo que se arranca”.

Señala Martí que la dimensión del problema ha preocupado al propio Congreso  (forestal)  de los Estados Unidos, desde donde se reclaman medidas para proteger a los bosques. Por su parte, plantea que “La cuestión vital de que hablamos es esta: la conservación de los bosques, donde existen; el mejoramiento de ellos, donde existen mal; su creación, donde no existen”

 

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