Orlando Guevara Núñez
Estos preceptos martianos estuvieron entre los citados por Fidel Castro durante el juicio por los hechos del 26 de julio de 1953. Y su puesta en práctica comenzó desde los días iniciales del triunfo de la Revolución, convirtiéndose en fuerza para el desarrollo de la nación.
En la búsqueda sobre su origen, los encontramos en sus Obras Completas. Pero no como discurso, ni artículo, ni epistolario. Aparecen dentro del tema Juicios y, específicamente, Educación Popular. Son notas no enmarcadas en fecha.
En este contexto escribe Martí uno de sus pensamientos más difundidos en Cuba sobre la enseñanza: “Al venir a la tierra, todo hombre tiene derecho a que se le eduque, y después, en pago, el deber de contribuir a la educación de los demás”. También, en ese escrito define que: “Instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento y ésta, principalmente, a los sentimientos”.
En otra parte de esos apuntes, el Maestro afirma que “El que sabe más, vale más. Saber es tener. La moneda se funde, y el saber no. Los bonos, o papel moneda, valen más, o menos, o nada: el saber siempre vale lo mismo, y siempre mucho. Un rico necesita de sus monedas para vivir, y pueden perdérsele, y ya no tiene modos de vida. Un hombre instruido vive de su ciencia, y como la lleva en sí, no se le pierde, y su existencia es fácil y segura. (…) “Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otro lleno de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque”. .
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