sábado, 8 de enero de 2022

El amor es una fiera, que necesita cada día alimento nuevo

 

 

.Orlando Guevara Núñez

 


Aleccionadora reflexión sobre el amor. No sobre sus manifestaciones exteriores, sino sobre su esencia. No  solo por su valor corporal, sino, sobre todo, por el valor sentimental. Como valor del alma. 

Comienza Martí afirmando que “Sucede casi siempre que las relaciones que el amor comenzó concluyen por no tener más lazo de unión que el del deber. Y plantea la interrogante: ¿Es que la satisfacción del amor mata el amor?” La respuesta él mismo la ofrece:” ¡No! Es que el amor es avaricioso, insaciable, activo: es que no se contenta con los sacrificios hechos, sino con los sacrificios que se hacen. Es que es una fuerza inquieta, que requiere grandes alimentos diarios, es que es el único apetito que no se sacia nunca”

Y prosigue diciendo que no es que anhele cuerpo que lo sacie,  es que   solo la solicitud incesante, tierna, visible, y sensible, lo alimenta.  Afirma que “creen las mujeres y creen los hombres –con error-  que una vez dada la gran prenda, la prenda del cuerpo, el  beso sacudidor, todo está dado, y todo conseguido”. Por  eso exclama: ¡Oh! ¡No!. Aduce que “El alma es espíritu, y escapa de las redes de carne. Es necesario conquistarla con espíritu”. . Agrega que un beso presente desarruga una frente que no basta a desarrugar el calor entibiado de muy amantes besos anteriores.

Se refiere a la necesaria correspondencia entre la pareja. Dice que las atenciones amorosas que se dan son un cuerpo de resistencia que se hace en el alma del ser amado contra la invasión del amor ajeno. Reafirmando la magnitud de este sentimiento, concluye: Y sin pan se vive; sin amor; sin amor; ¡no!

En su análisis sobre el tema, escribe El Maestro: “Perpetua obra, obra de todo instante, es la ternura. Si no,  ¡el amor insatisfecho busca empleo! Y al final, una afirmación colmada de ternura y belleza, y un heraldo con fuerza de realidad:

“Una palabra en el oído, una mirada meciente en nuestros ojos; en nuestra frente un beso húmedo. El que así no ame, no será jamás amado. Caerá y volverá a caer, y clamará desesperado, y se perderá en abismos negros, y morirá solo”.

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