.Orlando Guevara Núñez
Este 10 de enero, se cumplen 93 años del asesinato del líder comunista cubano Julio Antonio Mella. El fue también víctima del terrorismo y del crimen pagado por los gobiernos que padeció Cuba antes del triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959.
Es poco conocido un extenso y conmovedor artículo que así tituló Mella: El grito de los mártires, fechado en México, en agosto de 1926. Ninguna valoración tan reveladora sobre este escrito, que la presentación hecha por el propio Julio Antonio:
“Ante la ofensiva sanguinaria del tirano y su amo: el imperialismo capitalista yanqui, este folleto es una respuesta, es también un homenaje a los únicos núcleos revolucionarios de Cuba que aún defienden la libertad a costa de su vida, a esos obreros y campesinos, a esos pocos estudiantes e intelectuales que se han sabido poner frente al tirano y sus desmanes, a éstos es el homenaje… como un recuerdo a los caídos- su memoria no será jamás traicionada por los que aún viven- como un aliento a los que luchan, como una venganza de los que vamos a caer, escribe estas líneas, El autor”.
Se refiere con dolor a los caídos. “Uno…Otro…Otro más. Ya no se pueden contar”. Y una dolorosa convicción: “Soldados en batalla, sabemos que día a día ha de aumentar el martirologio”.
Pero el llamado es al heroísmo y al combate. No hay espacio para la claudicación ni el desaliento: “La guerra clasista ha estallado brutal, violenta, sanguinaria. ¡Silencio a las bocas que gritan asustadas! ¡Desprecio a los cobardes que lloran! ¡Castigo a los miserables que no luchan! ¡Loor a los valientes que están en la vanguardia! ¡Que la discusión teórica y el bizantinismo estúpido cesen y la acción hable con su elocuencia definitiva!”.
Los nombres y semblanza de los caídos. Y un compromiso con ellos: “De sus pechos se escapa un grito unánime, y este grito, que se puede oir entre la multitud de soldados, es: ¡Rebelión! ¡Rebelión! ¡Rebelión!. (…) “Algún día ellos gritarán contra los tiranos de hoy, contra el imperialismo, contra el capitalismo criollo- sus aliados- ellos gritarán: ¡Al asalto! ¡Al asalto! ¡Al asalto!”.
Un llamado se reafirma:”¡Adelante!. Hay que repetir la consigna: Triunfar o servir de trinchera a los demás”. Es cuando escribe Mella uno de sus legados más conocidos en Cuba: “Hasta después de muertos somos útiles”. Y se completa el mensaje: “Nada de nuestra obra se pierde. Son pasos, avances triunfales… La victoria llegará a nuestra clase por ineluctable mandato de la historia”.
Al final de ese histórico documento, dirigiéndose al tirano Machado, el líder comunista cubano expresa criterios con fuerza de futuro: “Los que has asesinado, los que has perseguido, los que has encarcelado, todos los que tiranizas, te saludamos llenos de optimismo. Trabajas para nosotros. Mata, encarcela. “La sangre es el abono de la libertad”. Ya se ha repetido en la realidad muchas veces esta afirmación. El pueblo de Cuba triunfará. El irá a la lucha porque sabe con el maestro Marx que solo las cadenas puede perder, y en cambio tiene un mundo que ganar. ¡Preparar la nueva sociedad de los productores”.
Julio Antonio Mella, al saberse herido de muerte por orden el tirano Gerardo Machado en complicidad con el embajada yanqui, exclamó: ¡Muero por la Revolución! y después de muerto, como él mismo lo vaticinó, siguió siendo útil. Mella fue también víctima del terrorismo apoyado por el imperio yanqui en Cuba. Y formó parte de la legión de mártires comunistas cubanos
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