miércoles, 21 de noviembre de 2018

Hágase la levadura, aunque no se sepa quién va a comer el pan que se alce con ella




 .Orlando Guevara Núñez
Este pensamiento altruista aparece en uno de los trabajos más breves que he leído sobre José Martí. Tiene solo 15 líneas y, entre éstas, hay 6 que son una cita sobre palabras de otro autor.
Unos cubanos y otros, es el título, y apareció publicado en el periódico Patria, el 26 de enero de 1895. Como se observa, faltaba solo un mes para el inicio en Cuba de la guerra necesaria.
Vale, por eso, una transcripción literal de ese escrito: “Los hay que se cruzan de brazos ante el deshonor y la ruina, y aún se sientan con ellos a la mesa, por lo gustoso de vivir, antes que salir por lo áspero del mundo a buscar remedio a la ruina y al deshonor. A los unos la patria los llamará siempre: cómplices. A los otros los llamará siempre: padres”.
“¿Qué importa la tristeza de sus vidas, ni la soledad de sus tumbas? Hágase la levadura, aunque no se sepa quién va a comer el pan que se alce con ella. De la semilla, oscura y triunfante, se renueva y se mantiene el mundo”.
El párrafo del libro que cita, resume que es mas cuerdo y viril luchar con las dificultades que evitarlas, que se satisface con batallar y padecer, sin duda sobre el resultado final del combate, y que contenta arriesgarlo todo por el servicio de la verdad.
Dos valores martianos sobresalen  en este escrito: la entrega personal incondicional  a la patria y el sacrificio nacido del desinterés. El egoísmo e individualismo no tienen cabida en su ideal.

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