viernes, 2 de noviembre de 2018

Falleció el doctor Ángel Abelardo Arias Lorente




.Orlando Guevara Núñez

Foto tomada de Ecured 
El doctor Ángel Abelardo Arias Lorente, urólogo con ganado prestigio en Santiago de Cuba y nuestro país, falleció hoy, 2 de noviembre, en la capital santiaguera.  Manzanillero de nacimiento, cubano de raíces profundas, que hizo de su profesión toda una leyenda de altruismo al servicio de su pueblo.
Nació el 25 de enero de 1933. Y en su ciudad natal estudió hasta el grado de Bachiller en Ciencias, para ingresar luego a la carrera de Medicina, en La Habana. Allí se fraguó su sueño de salvar vidas, práctica que honró  durante su existencia.
En 1960, Arias Lorente formó parte del primer grupo de médicos graduados por la Revolución. Integró el grupo denominado Las Ardillas, que próximos a  graduarse le expresaron al Comandante en Jefe Fidel Castro su decisión  de renunciar a la medicina privada e ir a cualquier parte del país donde se les enviara, sin importar el salario que devengaran.
Con una visible emoción Fidel, el 27 de noviembre de ese año,  dio lectura pública al mensaje recibido de Las Ardillas, en el cual expresaban también que  “Solo deseamos ser útiles a nuestro país y utilizar los conocimientos adquiridos en la universidad que paga el pueblo, en beneficio de ese pueblo”.
De aquel grupo, 25 vinieron para el Oriente cubano. Y aquí fueron forjadores del servicio médico rural y de la docencia médica. Entre ellos estuvo el doctor Arias Lorente  Nacía así una premisa esencial para cumplir el propósito de que la medicina en Cuba dejara de ser una mercancía y los enfermos simples clientes. La renuncia al ejercicio privado de esta profesión, tuvo en aquellos jóvenes a sus pioneros.
Luego de laborar en la localidad de La Sal, territorio manzanillero, en 1962 se trasladó para Santiago de Cuba, comenzando trabajo  en el Hospital Provincial Saturnino Lora. Y se inició  su labor docente en la naciente Escuela de Medicina. Su largo expediente lo condujo a planos cimeros en la urología cubana.
 Especialista de II Grado en Urología y Profesor Auxiliar y Consultante en esta materia. Miembro Titular y de Honor de la Sociedad Cubana de Urología. Fundador de la Urología Pediátrica en Santiago de Cuba y en Bayamo, trabajando en esa especialidad, de forma ininterrumpida, desde 1962 hasta el 2008, como jefe de ese servicio en los hospitales Infantil Norte y el Sur de Santiago de Cuba. Ya jubilado, continuó ejerciendo la docencia. Colaborador de dos libros sobre urología. Escribió  varios trabajos científicos y participó  en numerosos eventos nacionales y extranjeros.
Entre los múltiples reconocimientos recibidos, está el de Hijo Ilustre de la Ciudad, otorgado por la Asamblea Municipal del Poder Popular de Santiago de Cuba a  personas nacidas en esta capital provincial, en otras partes del territorio nacional o del extranjero que hayan contribuido de forma significativa a forjar los méritos de la única ciudad que posee el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo.
No es posible, en este trabajo enumerar todas las responsabilidades por él desempeñadas. Vale decir, sí, que en todas dejó sus huellas de consagración, profesionalidad, ética  y de vital importancia para la medicina cubana.
Su cadáver será trasladado para Manzanillo. Sobran razones, en este momento de dolor por su pérdida física, para seguirlo recordando no su muerte, sino por su vida ejemplar.

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