.Orlando Guevara Núñez
En los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde fue debatida la resolución llevada por Cuba sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a nuestro país por el gobierno de los Estados Unidos hace casi seis décadas, fueron pulverizadas las maniobras imperiales que perseguían buscar apoyo internacional para justificar y recrudecer las medidas de esa criminal medida.
En los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde fue debatida la resolución llevada por Cuba sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a nuestro país por el gobierno de los Estados Unidos hace casi seis décadas, fueron pulverizadas las maniobras imperiales que perseguían buscar apoyo internacional para justificar y recrudecer las medidas de esa criminal medida.
No hubo mentira sin destruir, verdad sin decir, crímenes
sin denunciar, ni política imperialista sin denunciar. Y no solo en el tema
relacionado con Cuba, porque nuestro canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, habló
no solo por nuestro pueblo, sino en nombre de todos los agredidos, de los
pobres, de los explotados, de las víctimas que en todo el mundo han sufrido y
sufren el vasallaje, la explotación, el saqueo y las agresiones del gobierno de
los Estados Unidos.
Y habló allí, cara a cara con los enemigos de los
pueblos. Y demostró que cuando un pueblo es digno, valiente y está dispuesto a
cualquier sacrificio, no hay fuerza, por criminal, agresiva y poderosa que sea,
que pueda vencerlo.
Otra vez, los países del mundo demostraron su solidaridad
con nuestro pueblo, su repudio al bloqueo. Otra vez, Estados Unidos quedó
derrotado, aislado, pese a sus maniobras, sus amenazas e intentos de chantaje y
soborno.
Sabemos que el bloqueo seguirá en pie. Pero los cubanos,
como lo hemos demostrado, ni nos acobardamos, ni nos rendimos, ni nos vendemos.
Aquí estamos y seguiremos, cumpliendo el legado de nuestro Comandante en Jefe
Fidel Castro de que nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y
primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de
nadie.
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