domingo, 18 de noviembre de 2018

Fusta recogerá quien siembra fusta: besos recogerá quien siembra besos




 .Orlando Guevara Núñez

En Cuba pronunció José Martí ese postulado. Fue un discurso leído el 28 de febrero de 1879, en el Liceo de Guanabacoa, en memoria del fallecido poeta  cubano Alfredo Torroella y Romaguera (1845-1879). 
Calificó a este insigne cubano como “el muerto bien amado de la patria”, aunque, agregó, si la patria lo ama no está muerto.  Dijo que es ley de los buenos ir doblando los hombros al peso de los males que redimen, y los redimidos, allá en lo venidero, llevarán a su vez sobre los hombros a los redentores.
Evocó las cualidades de Torroella como padre, y afirmó que “Amigos fraternales son los padres, no implacables censores. Fue cuando dijo que Fusta recogerá…  Sentenció que: La única ley de la autoridad es el amor. Dijo que este hombre amaba los héroes de la  historia que su padre le contaba. Y que nunca deben los padres abandonar a otros el molde a que acomodan el alma de sus hijos.
En el análisis sobre la labor del homenajeado, afirmó: “Fáciles le eran desde niño todas las formas activas de la grandeza y la belleza. Sentía noble encanto en enseñar lo que sabía” (…) ¡Que es doble manera de hacer el bien, dar pan al cuerpo y darlo al alma!
Haciendo una distinción entre los poetas, expresó nuestro Héroe Nacional: ¡Corona de ceniza para los poetas cortesanos!  ¡Corona de himnos para la frente del honrado poeta de los pobres! Dijo  también, sobre el amor familiar de Torroella, que amar no es más que el modo de crecer.
Habló sobre la vida de exiliado de Torroella en México, y aseguró que “Orador, arrastró; poeta, sedujo; autor dramático, oyó de los mexicanos aplausos ferventísimos”.

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