. Orlando Guevara Núñez
Una
afirmación define el amor de José Martí por los pueblos del sur de nuestro continente americano: “De América soy
hijo: a ella me debo”. Para él no debían existir fronteras que los separaran.” Pueblo
y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del
Bravo a la Patagonia”.
Defendió
siempre la independencia de las naciones del sur y alertó sobre los
peligros del intento de los Estados Unidos de dominarlos. Por eso aseguró que
“Ha llegado para la América Española la hora de declarar su segunda
independencia”.
Y contra los
propósitos yanquis de señorío económico,
expuso un criterio valedero: “La unión
con el mundo y no con una parte de él; no con una parte de él contra otra. Si
algún oficio tiene la familia de repúblicas de América, no es ir de arria de
una de ellas contra las repúblicas futuras”.
Pero
vio con claridad los peligros de esa independencia y esa unión y trató de
evitarlos. “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y, hemos de andar en
cuadro apretado, como La Plata en las raíces de Los Andes”. “En el fiel de
América están Las Antillas, si esclavas mero pontón de la guerra de una
república imperial, y si libres,
garantía de equilibrio en el continente y para la independencia de la
América española, aún amenazada”
Vio
con meridiana claridad que “Las Antillas
libres salvarán la independencia de nuestra América, y el honor ya dudoso y
lastimado de la América inglesa, y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del
mundo”
En
justa consideración, analizó que. “Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se
apartan de los Estados Unidos” y que “Los
pueblos de América ascienden a la libertad segura y generosa en la misma
proporción que Estados Unidos descienden de ella”.
Pero
alertó también sobre el peligro de la desunión para enfrentar al enemigo común.
Por eso dijo que · En nuestra América no
puede haber Caínes. ¡Nuestra América es una!
Argumentó: ¿A dónde va la América y quién la junta y guía? Sola, y como un solo pueblo, se levanta. Sola
pelea. Vencerá, sola”.
Vislumbró
el papel de Cuba en ese ideal independentista señalando que Cuba “Al salvarse,
salva. Nuestra América no le fallará, porque ella no falla a América”. Y auguró
que “La revolución de Cuba, corona y
garantía de la de nuestra América” y
que “Por Cuba va a cuajar la
emancipación de América”, alegando
que en Cuba peleamos para asegurar, con la nuestra, la
independencia hispanoamericana”.
En
la víspera de su muerte, nuestro Héroe
Nacional plasmó para la historia su ideal independentista de los pueblos de
América frente a la voracidad yanqui:
Ya
estoy todos los días en peligro de dar
mi vida por mi país y mi deber- puesto que lo entiendo y tengo fuerzas para
realizarlo- de impedir a tiempo con la
independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan,
con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y
haré, es para eso”.
Ese
sentimiento martiano gana fuerza de presencia en la cultura política del pueblo
cubano y constituye un digno homenaje al
Maestro, en el aniversario 125 del
holocausto de Dos Ríos.
El
aseguró, refiriéndose al Libertador: ¡Porque lo que él no dejó hecho, sin hacer
está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía! Y puede
decirse que también a Martí le queda mucho por hacer en América.
Y
por un punto de encuentro en la historia, precisamente los pueblos de Simón Bolívar – Venezuela- y de José Martí –Cuba, libran hoy uno de los más heroicos combates por la
segunda independencia americana.
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