.Orlando Guevara Núñez
A
estas palabras, agregó Martí: o el
patriotismo satisfecho con poner en mármoles fáciles el ansia de libertad que
no acierta a poner su floja y vana aspiración en obras. Se está refiriendo
al propósito anunciado de levantar en Cayo Hueso, un monumento de mármol y
bronce a las virtudes cubanas. Estas apreciaciones están escritas en un
artículo titulado: Nueva York, el Escudo,
publicado en Patria, el 30 de abril
de 1892.
Opina,
sin embargo, que “En los instantes en
que no todos los hombres recuerdan lo que debieran recordar, urge que en el
lugar del sacrificio y de la muerte, como señal enérgica y activa de la
determinación indómita, se alce, a mandar y a avergonzar, el monumento que
consagra las virtudes que se nos niegan,
el monumento que convidará perennemente
a imitarlas”.
“Y
allí, donde ha sido más tenaz la virtud, allí, en el rincón sagrado y querido,
es donde debe alzarse el monumento”, afirma.
Elogia
la idea de poner juntos, en la tumba solemne, al héroe de los campos y al héroe
de la emigración. Se refiere a los héroes de la campaña y del destierro,
quienes se abrazarán en ese monumento, el cual describe en su contenido y
forma.
Al
final, dice que “acá oímos la voz del cementerio; acá oímos la voz de nuestro
corazón: ¡Nueva York, con el trabajo de sus manos, llevará el arco del Cayo el
escudo de bronce!”.
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