.Orlando Guevara Núñez
Es bastante conocida esta
afirmación de José Martí. La dijo al morir el fundador del socialismo
científico, Carlos Marx. Está contenida en un artículo publicado en el diario La Nación, de Argentina, en sus ediciones
del 13 y el 16 de mayo de 1883.
Al inicio es clara la
posición de Martí en rechazo a la violencia de los obreros en Europa para
luchar contra la explotación de los patronos. Y clama porque ese método no se
arraigue en los Estados Unidos. El aceptaba la guerra para obtener la
independencia, pero era distinta su concepción en relación con las luchas
sociales, a las cuales les veía salida a través de la concordia entre las
clases.
Tenía información sobre los
sucesivos hechos violentos de los trabajadores en Europa y vivencias sobre las
concepciones de los anarquistas en los Estados Unidos, que pregonaban la
utilización de la fuerza contra los patronos que los explotaban. Y creía en la posibilidad de convivencia
entre las clases, con palabras, no con sangre. Pero la misma lucha lo llevó a
comprender el carácter irreconciliable de los obreros explotados y el capital
explotador.
Comentó sobre Carlos Marx que “no hace bien el que
señala el daño y arde en ansia generosa de ponerle remedio, sino el que enseña
remedio blando al daño”. Y agrega que espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres.
Sin embargo, admite que
“Carlos Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y
despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales
rotos”. Afirmó, no obstante, que “anduvo de prisa y un tanto en la sombra”. En
el mismo análisis dice de Marx que “no fue solo movedor titánico de las cóleras
de los trabajadores europeos, sino veedor profundo en la razón de las miserias
humanas, y en los destinos de los hombres, y hombre comido del ansia de hacer
bien. El veía en todo lo que en sí propio llevaba: rebeldía, camino a lo alto,
lucha”.
Martí comprendió luego
que la única vía de los trabajadores para luchar por sus derechos sería
el enfrentamiento, pasivo o violento, pero buscando por la fuerza lo que no
podían obtener mediante el diálogo.
Reconoció como lícito que
los trabajadores, agotado el recurso pacífico, acudieran al remedio violento.
Una prueba sobre esa convicción es lo expresado por el propio Martí en un
artículo publicado en el periódico Patria,
el 28 de enero de 1893, cuando escribe:
“Es lícito aborrecer la violencia, y predicar contra ella, mientras haya
modo visible y racional de obtener sin
violencia la justicia indispensable al bienestar del hombre; pero cuando se
está convencido de que por la diferencia inevitable de los caracteres, por los
intereses irreconciliables y distintos, por la diversidad, honda como la mar,
de mente política y aspiraciones, no hay modo pacífico suficiente para obtener
siquiera derechos mínimos en un pueblo donde estalla ya, en nueva plenitud la
capacidad sofocada, o es ciego el que sostiene, contra la verdad hirviente, el
modo pacífico; o es desleal a su pueblo el que no lo ve, y se empeña en
proclamarlo”.
Para organizar la guerra
necesaria contra el poder colonial de España, fundó Martí el Partido
Revolucionario Cubano. Pero su objetivo no era solo era la independencia, sino, construir
después la república con todos y para el bien de todos.
Este 5 de mayo, aniversario 202 del natalicio de Carlos Marx, el recuerdo vale.
Este 5 de mayo, aniversario 202 del natalicio de Carlos Marx, el recuerdo vale.
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