. Orlando Guevara Núñez
“Hay marea alta en todas estas cosas de anexión”, escribe
José Martí a su amigo Gonzalo de Quesada, el 29 de octubre de 1889. Se estaba
refiriendo a la Conferencia Internacional Americana, que se había iniciado en
Washington, el día 2 de ese propio mes.
Está alertando a su amigo, quien formaría parte de la
Delegación de Argentina a ese evento, sobre las posibles intenciones de que se
acercaran a él personas insanas “que llevan el veneno donde no se les ve”
y “lo han de querer usar, descaradamente
unos, y otros sin que usted lo sienta”. Está visiblemente preocupado por las
consecuencias de esa conferencia para Cuba y para América.
Con toda claridad le
aconseja: “No hay encaje más fino que el que labran los hombres
decididos a intrigar, o necesitados de servir. Es necesario ser hábil y
honrado, contra los que son hábiles, y no honrados”. Denuncia como incierta una versión sobre la
autoría suya de una correspondencia al Secretario de Estado de los Estados
Unidos, aparentando negociación en lo relacionado con la anexión de Cuba a ese
país.
Expresa su criterio de que del citado evento “nada
práctico puede salir, a no ser lo que convenga a los intereses norteamericanos,
que no son, por contado, los nuestros”. “Creo,
es redondo, peligroso para nuestra América o por lo menos inútil, el Congreso
Internacional. Opina que para Cuba lo
positivo que puede tener es que los pueblos de América puedan compeler a los
Estados Unidos reconozcan el derecho de la Isla a ser independiente.
Deja claro que para Cuba lo único válido es la garantía
de su verdadera independencia. Y apunta un peligro vigente: “Para que la Isla
sea norteamericana no necesitamos hacer ningún esfuerzo, porque si no
aprovechamos el poco tiempo que nos queda para impedir que lo sea, por su
propia descomposición vendrá a serlo. Eso espera este país, y a eso debemos
oponernos nosotros”.
Reafirma su criterio de que si Estados Unidos paga
indemnización a España, eso favorecería sus propósitos de poseer a la Isla. Y plantea
las siguientes interrogantes: “Y una vez en Cuba los Estados Unidos, ¿quién los
saca de ella? Ni ¿por qué ha de quedar
Cuba en América, como según este precedente quedaría, a nuestra manera, no del
pueblo que es, propio y capaz, sino como
una nacionalidad artificial, creada por razones estratégicas? Base más segura quiero para mi pueblo”.
Opina que el sacrificio oportuno es preferible a la
aniquilación definitiva. Y agrega que es
posible la paz de Cuba independiente con los Estados Unidos, sin la pérdida o
transformación de nuestra nacionalidad.
Hay otra carta de Martí a Gonzalo de Quesada sobre el
mismo tema del pretendido anexionismo de
Cuba a los Estados Unidos. Pero será tratada en el espacio siguiente.
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