.Orlando Guevara Núñez
El hombre a quien se está refiriendo
Martí en esta expresión, es el Generalísimo Máximo Gómez. Está en el contexto
de una carta dirigida a Tomás Estrada Palma, el 15 de abril de 1895, es decir,
en el campo insurreccional cubano, cuatro días después del desembarco por
Playita de Cajobabo.
Expresa que en esos campos
es donde al fin se ha sentido entero y feliz. “Ya entró en mí la luz y la salud
que fuera de este honor buscaba en vano. El honor es la dicha y la fuerza.
“Pero no me abandono –dice – al júbilo
mezquino; sino que trabajo rudamente en él, sin tiempo, en días enteros, para
alzar la cabeza a las palmas”.
Léanse las siguientes
palabras de Martí sobre Máximo Gómez y se tendrá una dimensión exacta
sobre la talla de su figura.
“Del General bueno y
querido, ya ve los tiernos cuidados. No me cuida él a mí más que yo a él. Me
pesaba por las lomas su carga, como a él la mía. Brioso y jovial repechaba, con
la carga de tres soldados, estas alturas. Más joven va que el más joven. Ve el
grave caso político, y lo encararemos felizmente. Se le ve la frente llena ya
del pensamiento de recoger y arremeter” Y a continuación expresa el pensamiento
sobre el gozo de vivir entre hombres a la hora de su grandeza.
Fueron palabras de un grande
sobre otro grande de la patria cubana.
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