A los gobiernos de América
Latina que servilmente se han sumado, como cómplices, al imperio yanqui contra
la República Bolivariana de Venezuela, se les puede aplicar lo que dijo el
Héroe Nacional cubano, José Martí, sobre los gobiernos que en su tiempo
apoyaron al imperio colonial español:
¡A
la mesa del castigador no puede sentarse con honra, sino sin honra, ningún
hermano del castigado!
Y debe quedar claro que esa
deshonra es para los gobiernos, no para los pueblos.
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