.Orlando Guevara Núñez
El pueblo de Cuba y el de Venezuela están alimentados por
una misma raíz de patriotismo y de lucha. En Venezuela nació Simón Bolívar, El
Libertador. En Cuba nació José Martí, el Apóstol de nuestra independencia.
Los dos fueron adalides de la independencia de los
pueblos de América frente al colonialismo español. Y los dos previeron el
peligro que representaban los Estados Unidos contra esa independencia.
"Los
Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de
miseria en nombre de la libertad” sentenció Bolívar. Martí, en múltiples momentos, denunció ese
mismo peligro. Incluso el día antes de su muerte, escribió: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y mi deber- puesto
que lo entiendo y tengo fuerzas para realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de
Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa
fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré,
es para eso”.
La voracidad imperial denunciada por ambos
próceres, se ha visto confirmada por la historia. Los holocaustos de Santa Marta
y de Dos Ríos, interrumpieron la lucha de esos dos grandes de la historia
americana. Pero su ideal no desapareció.
Sobre
el héroe venezolano, dijo el héroe cubano:
“En calma no se puede
hablar de aquel que no vivió jamás en ella: ¡de Bolívar se puede hablar con una
montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos
libres en el puño, y la tiranía descabezada a los pies!”.
Y dijo más: ¡Pero así está Bolívar en el cielo de América,
vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el
haz de banderas a los pies; así está él,
calzadas aún las botas de campaña, porque
lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que
hacer en América todavía!
Hoy puede decirse que Bolívar y Martí siguen haciendo en
América, encabezando la lucha de los pueblos de Venezuela y de Cuba. No es
casualidad, sino símbolo de continuidad, que Fidel Castro haya nacido en Cuba,
la tierra de Martí: y que Hugo Chávez haya nacido en Venezuela, la tierra de
Bolívar. Y que hayan encabezado las revoluciones en ambos pueblos.
Tampoco es casualidad que Cuba y Venezuela sean hoy el
símbolo de la dignidad y la lucha, de la resistencia y de la victoria frente al
imperialismo norteamericano. Y menos casualidad es que estos dos países sean
los más odiados, los más calumniados y agredidos por los Estados Unidos.
Así marchan estos dos pueblos, unidos por la historia,
por la lucha y también por la sangre. Hay hechos poco conocidos que reafirman
estos lazos. Me limitaré a señalar solo una coincidencia.
El 8 de mayo de 1935, cayó en Cuba, junto al
revolucionario Antonio Guiteras, el patriota venezolano Carlos Aponte. Ambos
fueron asesinados cuando trataban de partir hacia México, con el fin de
organizar el regreso a Cuba para reiniciar la lucha y lograr la independencia.
Exactamente otro 8 de mayo, pero de 1967, cayó en
Venezuela el revolucionario cubano Antonio Briones Montoto. Había llegado a la
playa venezolana de Machurucuto, transportando a un grupo de patriotas de ese
país. Al regresar, su barcaza zozobró, fue capturado y asesinado. Sangre hermanada en una misma fecha.
Hoy los pueblos de Cuba y Venezuela siguen luchando
juntos. Y sus presidentes Miguel Díaz-Canel Bermúdez y Nicolás Maduro Moros,
siguen transitando el camino de Bolívar y de Martí, de Fidel y de Chávez. El
enemigo es el mismo. Pero siempre, al decir de Raúl Castro, con la fe
inconmovible en la victoria.
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