.Orlando Guevara Núñez
El traspaso a México de funciones de la Embajada de
Estados Unidos en La Habana, es un nuevo peldaño en la escalada de agresiones y
provocaciones del gobierno de Trump contra Cuba.
Si esa fuese la antesala de un cierre total de esa
sede diplomática en Cuba, allá ellos. La política de nuestro país fue con toda
claridad reafirmada por Raúl Castro en su discurso clausura de la
reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Cuba desea las relaciones con Estados Unidos, pero
sin ceder una pulgada en su independencia, su soberanía, su libertad y su dignidad como nación.
Todo parece indicar que el cavernario presidente del
imperio yanqui quiere sumarse a la lista de sus fracasados antecesores en la política
de tratar de destruir a la Revolución cubana. Y de antemano puede asegurarse
que se unirá a ellos en el descrédito y la impotencia.
Con Embajada y sin Embajada norteamericana en Cuba,
este pueblo seguirá su camino hacia el
socialismo. De cada cien cubanos, 77
nacieron ya bajo el bloqueo
criminal. Pero este pueblo sigue en pie, como nos enseñó Fidel, con la
conciencia de que nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y
primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de
nadie.
Sion dudas, esa arbitraria decisión lesiona, en
primer lugar, a los cubanos residentes en los Estados Unidos y a los cubanos
que por diferentes motivos desean viajar a esa nación. Muchos norteamericanos ni siquiera recuerdan
el nombre de algunos de los presidentes suyos que iniciaron o continuaron esa
política agresiva. Y ese será también el destino de Trump
Dentro de pocos días llegaremos a los 59 años del
triunfo de la Revolución. Y seguiremos nuestro irrevocable camino hacia el
socialismo. En esta navidad, para Trump vale un mensaje de nuestro pueblo: Cuba
ni se rinde, ni se vende, ni se deja intimidar, O si lo desea como lo dijo en
una ocasión Raúl: Frente al enemigo, no habrá nunca ni conciliación, ni
rendición, ni derrota.
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