.Orlando
Guevara Núñez
Una de las
calumnias más utilizadas por el gobierno de los Estados Unidos y la mafia
contrarrevolucionaria contra Cuba, es que el pueblo cubano sufre de hambre y
que el socialismo, como sistema es un fracaso, pues significa la opresión a la
población.
Es una
mentira con piernas cortas, desmentida por la realidad en cada esfera de la
sociedad cubana. Hace apenas unas horas, se conoció aquí una noticia: Cuba
cierra el año con una tasa de mortalidad infantil de 4,2 fallecidos por cada
mil nacidos vivos. ¿Cómo podría lograrse ese indicador en un país hambriento?
¿Cómo
explicar que antes del triunfo de la Revolución esa tasa andaba por 60 y en
muchas zonas era superior, bajo el capitalismo salvaje que vivíamos? De cada
niño que entonces moría, la Revolución salva 56. Pero esos datos no tienen
cabida en los grandes medios estadounidenses, encargados de satanizar al
socialismo y bendecir al capitalismo.
¿Cómo
explicar que antes de enero de 1959, la esperanza de vida de la población
cubana no llegaba a 60 años y ahora está por encima de 78? ¿Cómo si la
alimentación es una condición esencial para la vida?
En su alegato
de autodefensa La historia me absolverá,
ante el tribunal que lo juzgaba por los hechos del 26 de julio de 1953, Fidel
Castro denunciaba:
.
“La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una
criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa
que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por
falta de recursos, agonizando entre los estertores del dolor y cuyos ojos
inocentes, ya en ellos el brillo de la muerte, parecen mirar hacia lo infinito
como pidiendo perdón para el egoísmo humano y que no caiga sobre los hombres la
maldición de Dios (…) El acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos,
sólo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá
al desdichado su voto y el de toda su familia para que Cuba siga siendo igual,
o peor”.
Pero
en esa época, para los Estados Unidos, Cuba era un país “próspero, libre y
democrático, ejemplo de los derechos humanos”, aunque aquí la inmensa mayoría
de los humanos viviéramos sin derechos.
El
drama en los campos y en las montañas era peor. En esta provincia existe un
ejemplo elocuente. En la costa sur santiaguera, que ocupa hoy el municipio de Guamá,
en su recorrido, el visitante puede observar la existencia de 22 pequeños
cementerios.
No
fueron intencionalmente construidos. La triste historias es que los pobladores
serranos no contaban con un solo médico y, cuando alguien se enfermaba, lo
bajaban en hamacas hasta la costa, con la esperanza de que una de las goletas
que por allí transitaban, atendieran su ruego y lo trasladaran hasta Santiago
de Cuba, para recibir atención, si acaso tenían también algún recurso para
pagar la atención médica y las medicinas.
En
muchos casos, ese auxilio no llegaba, las personas, muchos de ellos niños,
morían. Y los familiares no tenían otra alternativa que sepultarlos allí mismo,
en las costas.
Hoy
el total de la población cubana, hasta los lugares geográficamente más
intrincados, tienen un médico y una enfermera y tienen acceso a cualquier
servicio en el municipio, la provincia o el país, totalmente gratis.
En
esas zonas distantes, en los casos de huracanes o crecidas de los ríos, antes
de que comiencen, bridadas médicas se trasladan a esos lugares y garantizan la
atención a la población. Mal podría hacer eso un país que viva en la miseria y el abandono.
Muchos
ejemplos podrían citarse. Pero solo dos bastan: La tasa de mortalidad cubana,
que el año anterior fue superior, estuvo mejor que la de los Estados Unidos. En
el país agresor y bloqueador, hay más de 40 millones de personas sin seguros
médicos; en Cuba, país agredido y bloqueado, no existe un solo ciudadano sin
esa asistencia asegurada. Allá, los que disfrutan ese derecho, tienen que
pagarlo a un alto precio; en Cuba es totalmente gratis.
¿Quién
es más humano, el capitalismo o el socialismo? ¡Juzgue el lector!
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