.Orlando Guevara Núñez
El 10 de diciembre es Día Mundial de los Derechos
humanos. Pero vivimos en un mundo donde cada minuto, cada día, cada semana, cada
mes y cada año, crece la cifra de humanos sin derechos. Cada día hay más ricos
a quienes todo les sobra; y más pobres a lo que todo les falta.
¿De cuáles derechos humanos puede hablárseles, a los
cientos de millones de hambrientos, desempleados, analfabetos, carentes de asistencia médica, que mueren de
enfermedades curables?
¿De cuáles derechos humanos se les puede hablar a
los millones de hombres y mujeres discriminados por el color de su piel, por
sus credos religiosos, por su pobreza, por su posición social?
¿De cuáles derechos humanos se les puede hablar a
los millones de campesinos explotados por
los latifundios, expulsados de sus
tierras, asesinados por defender sus derechos?
¿Y a los millones de obreros explotados, abandonados en su vejez, sin
más derecho que morir pobres después de dedicar su vida a crear riquezas para
los poderosos?
¿Cuáles son los derechos humanos de los más de cien
millones de niños sin escuelas, de los más de 200 millones obligados a trabajar
para su sustento, muchas veces en condiciones de esclavitud, y en trabajos
peligrosos en los que cada año mueren por centenares? ¿Y los millones de niños y niñas víctimas de
la explotación sexual? ¿Y los cientos de miles de personas que cada día pierden
la vida víctimas de los cuerpos represivos, o de la violencia que corroe a las
sociedades donde para prosperar en algo hay que hacerlo sobre la base de
aplastar a sus semejantes? ¿Y las víctimas del flagelo de la drogadicción?
¿Cuántas personas en el mundo mueren cada año o son
desplazadas como consecuencia de las guerras de agresión provocadas por la
voracidad de las potencias capitalistas, con Estados Unidos a la cabeza?
La gran prensa capitalista santifica ese sistema,
máximo culpable de que en el mundo existan tantos humanos sin derechos.
Santifica el avasallamiento económico, las agresiones militares, utilizando sin
escrúpulos la mentira, tratando de convertir la mentira en verdad y la verdad
en mentira.
En la Cuba revolucionaria, sí podemos hablar de
derechos humanos porque la Revolución erradicó la explotación de los obreros y
de los campesinos, ahora dueños de sus medios de producción y de sus tierras. Erradicó
el desempleo, el analfabetismo, la discriminación racial, el hambre y la
miseria. Por eso vivimos bajo el infame bloqueo económico, comercial y
financiero del imperio norteamericano.
Así, puede afirmarse que el capitalismo es el
equivalente a la destrucción de los derechos humanos. El socialismo es el
sistema donde esos derechos están garantizados.
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