viernes, 29 de diciembre de 2017

El Parlamento que tengo





.Orlando Guevara Núñez

El Parlamento cubano es mío.  Y esa afirmación pueden hacerla  todos los cubanos. Favorece al pueblo, incluso a quienes no comparten las ideas por él defendidas. Desde nuestros hogares, vimos por la televisión, escuchamos por la radio o leísmos en los periódicos todos los debates de las sesiones del  19 y 20 del actual  diciembre.
Total transparencia. Hermoso ejemplo el de un Parlamento – nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular- que no está fragmentado en grupos, ni en intereses opuestos, ni plagado de políticos oportunistas, cuyos escaños constituyen solo un vehículo de enriquecimiento y de apoyo a un sistema explotador en el cual los ricos serán cada vez más ricos  y los pobres cada vez más pobres.
Mi Parlamento está integrado por hombres y mujeres del pueblo, consagrados al bienestar de ese pueblo. Cada debate, cada intervención, así lo demostró. Los temas económicos, incluyendo el de la inversión extranjera; los relacionados con la política internacional los de la salud y el deporte, los agroalimentarios y los de atención a los servicios. En todos ellos, las discusiones tuvieron un solo fin: mejorar las condiciones de vida del pueblo, sin excepciones de ningún tipo.
Lo mismo sucedió con las agendas sobre industria, construcciones y energía, sobre la defensa nacional, y las relacionadas con la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y el medio ambiente. Y no fueron una excepción los temas sobre asuntos constitucionales y jurídicos, además de la atención a la juventud, la niñez y la igualdad de derechos de la mujer.
Mi Parlamento no se diluye en disputas por intereses individuales o de grupos. No está marcado por la discusión de leyes a espaldas del pueblo y contra el pueblo. Las intervenciones de los Diputados fueron claras, precisas, en ocasiones justamente críticas. No hubo triunfalismos, sino objetividad. Y lo más importante: no hubo errores o señalamientos críticos, sin la compañía de propuestas y decisiones para enfrentarlos y resolverlos.
Mi Parlamento tiene como pilar la unidad. Fue electo por el pueblo y a ese pueblo responde. Por eso, cada vez que se reúne la Asamblea Nacional, tenemos la confianza de que, como resumen de todo un período de trabajo, el único favorecido será el pueblo. Ahora  los cubanos estamos inmersos en un período electoral que terminará el  19 de abril del año entrante, cuando tome posesión la nueva Asamblea Nacional. Nos preparamos para las votaciones, que en nuestro caso van más allá del depósito de una boleta en una urna. Votaremos por nuestros Diputados, por nuestro sistema socialista, en el cual el pueblo es el gobierno y el gobierno es el pueblo. Esa es la democracia que tenemos, la que necesitamos y defendemos los cubanos.

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