DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN CONMEMORACION DEL DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO, EN LA PLAZA CIVICA, EL 1ro. DE MAYO DE 1960.
Fragmentos
“Nuestra obra revolucionaria está profundamente identificada con el cariño que sentimos por los compañeros que cayeron. Y esa es una razón más para que nosotros queramos ver esa obra realizada; esa es una razón más para que nosotros estemos dispuestos a defenderla hasta la última gota de sangre; esa es una razón más que nos obliga al camino digno; porque no podrán destruir esa obra, ni podrán convertir otra vez esas escuelas en fortalezas, ni podrán volver a arrebatar a los campesinos la tierra, ni sus casas, ni podrán arrebatarle otra vez a nuestro pueblo los derechos, como no sea borrándonos a nosotros de la faz de la Tierra, porque antes de que puedan borrar el nombre y la obra tendrán que borrarnos a nosotros”
“Nuestros muertos no han caído en vano. Por dondequiera que recorremos nuestra tierra, sus nombres se presentan constantemente a nuestra memoria y a nuestra consideración. Y así, en cada uno de aquellos nombres va un recuerdo al compañero que cayó, o en los primeros encuentros, o en las luchas clandestinas, o en los combates de las montañas en los días primeros de la lucha o en los días postreros. ¡Y tantos fueron, que hay para cada una de las muchas obras de la Revolución un nombre! Y así, nosotros tenemos la sensación de que esos compañeros permanecen entre nosotros; de que esos compañeros viven entre nosotros, y de que sus nombres perdurarán siempre, y que las generaciones presentes y venideras sabrán que no se muere en vano cuando se defiende un ideal justo.
¡Vale la pena morir cuando cada vida que se sacrifica es una escuela que se funda, una cooperativa que se crea, un bien que se hace a muchos de nuestros compatriotas; vale la pena morir cuando la muerte se convierte en semilla fructífera! ¡Qué importa morir cumpliendo el deber, si la sangre que se da y la vida que se entrega se convierten en una obra de beneficio para nuestros semejantes, para nuestros hermanos! ¡Triste es morir sin que la vida se convierta en algo! ¡Triste es morir como mueren los traidores y los mercenarios, pero jamás será triste la muerte cuando nuestra muerte se convierte en algo!
Y ese es el camino y el ejemplo que queremos para las generaciones venideras; esas generaciones que serán mejores que esta, pero que no tendrán jamás el mérito de esta. A esta generación le ha tocado la gran tarea y las futuras generaciones que serán mejores que nosotros, pero gracias al esfuerzo de esta generación, que sepan que esta generación tuvo por divisa el espíritu de sacrificio, que esta generación pensaba que valía la pena cualquier sacrificio por dejarles a los que vengan después un mundo mejor.
Y si nosotros tenemos que afrontar los sacrificios que sean necesarios lo haremos gustosos, porque esa será la grandeza de esta generación de cubanos, y eso es lo que quiere decir “Patria o Muerte” ¡Patria o Muerte!”). Para arrebatarnos la patria hay que arrebatarnos primero la vida ,que nosotros estamos dispuestos a tener patria y a dejarles a las generaciones venideras una patria digna ; es la expresión de la determinación de un pueblo, y en esa frase breve lo decimos todo. Decimos todo lo que tenemos que decir; que esa es nuestra posición de ánimo.
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